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El infierno oculto de Rocío Carrasco

La primogénita de la Jurado está desolada tras difundirse la sentencia que confirma que su hija Rocío Flores fue condenada por “maltrato habitual, amenazas e injurias” en 2012.

Jueves. 20 de febrero. Rocío Carrasco Mohedano (Madrid, 1977) no se ha separado del teléfono en toda la mañana. Al otro lado, su abogado, Javier Vasallo, escucha su desahogo. La hija de la Jurado busca desesperadamente una salida que le permita seguir tapando el suceso más terrible de su vida: el día que su hija Rocío Flores le propinó una paliza. Carrasco jamás ha confirmado este dramático incidente, conocido en los mentideros del corazón pero nunca desmenuzado. A día de hoy, y contactada por LA RAZÓN, sigue sin querer aclarar nada. Lo hace para proteger a su hija, dicen sus cercanos. No se sabe cómo ha llegado a manos de la Prensa la sentencia esclarecedora publicada por “Vanitatis”.

La hija mayor de Rocío Carrasco y Antonio David Flores (44 años), separados desde 1999, fue condenada el 4 de marzo de 2013 por “maltrato habitual, amenazas e injurias” durante tres años por el Juzgado de Menores número 4 de la capital. En la sentencia, a la que ha tenido acceso dicho medio, se confirma como “hechos probados” que hubo una pelea entre ambas en su casa madrileña de Valdelagua. “Sobre las 8:00 del día 27 de julio de 2012, encontrándose la menor en el domicilio familiar junto a su madre, la pareja de ésta y su hermano, inició una disputa con aquella en el transcurso de la cual propinó varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo, para posteriormente seguir golpeándola, dándole varias patadas. Como consecuencia de los hechos, Rocío Carrasco sufrió policontusiones con esquimosis en la región frontal derecha, con edema en ambas muñecas, en el muslo derecho, en el antepié derecho y un hematoma en el segundo dedo del pie derecho, para curación precisó de una primera asistencia facultativa y de las que tardó en sanar ocho días, uno de los cuales estuvo impedida para el ejercicio de sus ocupaciones habituales”.

Cruce de denuncias entre madre e hija

Pero, ¿qué originó este terrible suceso? En el relato facilitado por dicho medio se alude a una discusión «por una nectarina» durante el desayuno y justo antes de que la menor tuviera que acudir a un cursillo de verano cercano a su domicilio. Tras la pelea, que acabó con la madre tirada en la lona del pasillo, la joven, que entonces tenía 15 años, se dirigió “muy nerviosa” a la calle y pidió al chófer que, en vez de llevarla al colegio Santa Helena de La Moraleja –donde cursaba estudios– la acercara al cuartel de la Guardia Civil. Ante la negativa del trabajador, “que no observó lesión en la persona de Rocío Flores”, dos amigos de su padre se presentaron en el centro escolar para conducirla ante la Benemérita, pese a los intentos de los responsables docentes de que esto no sucediera.

Rocío Flores Carrasco / Ep
Rocío Flores Carrasco / Eplarazon

Allí, la nieta de Rocío Jurado, acompañada también por su progenitor, denunció a su madre por un supuesto delito de malos tratos asegurando que “la había agarrado del cuello intentando ahogarla”, algo incompatible con el parte médico que se adjunta en las actuaciones. La menor también aludió a unas contusiones en las piernas que la jueza descartó por ser anteriores al triste suceso. La que sí necesitó ayuda hospitalaria fue Rocío Carrasco, quién según el conductor que la llevó a Urgencias, “iba cojeando, pudiendo observar un enrojecimiento en un lado de la frente”. Tras este cruce de denuncias entre madre e hija aquel fatídico 27 de julio, la condenada finalmente fue la menor, que “desde hace aproximadamente tres años y de forma reiterada, viene atentando contra la paz familiar”, según concluyó el fallo de la jueza, quien al delito de maltrato añade el de “amenazas y una falta continuada de injurias”. Nunca más han vuelto a vivir juntas. Ni siquiera han hablado por teléfono, una situación denunciada por su propio progenitor, que en su última entrevista en “Lecturas”, adelantaba, a su manera, el incidente que ahora conocemos: “Mi hija se enfrentó a su madre por defenderme”.

La gran incógnita es saber lo que pasaba por la cabeza de Rocío Flores o si estaba sometida a alguna presión. Ocho años después, mientras su hija se estrenaba como superviviente en el reality hondureño de Mediaset, Antonio Davidse mostraba ajeno al grave suceso que tantos minutos ha rellenado en la cadena que paga su nómina. De hecho, el 21 de febrero de 2013, María Patiño ya aseguraba: “Hay un conflicto traumático. Este conflicto se produce entre madre e hija”. Una semana después, Kiko Matamoros añadió: “El régimen de guardia y custodia que se llevaba hasta el incidente se ha interrumpido. Desde entonces la cría está viviendo en casa de su padre. No ha vuelto a convivir con Fidel y con su madre”.

Rocío Carrasco y Fidel Albiac, en una imagen de archivo
Rocío Carrasco y Fidel Albiac, en una imagen de archivolarazon

Otro compañero, Gustavo González, seguía sumando detalles: “Por este conflicto hay una intervención de la Guardia Civil. Unas pruebas periciales, psicólogos y declaraciones en el juzgado. Tras este incidente, el juez aconseja que hasta que se dilucide y hasta que haya una sentencia, la menor permanezca con el padre. Según me confirmó Antonio David Flores, la hija de Rocío Carrasco fue condenada. Ahora bien, lo que también me cuenta es que su hija entró en contradicciones porque se vio bloqueada por la frialdad y contundencia de su madre. A ver, yo creo que son conflictos de familia que a lo mejor se nos van un poco de las manos. Fue una discusión en la que las dos partes subieron el tono. Conozco muchos detalles, pero hay que ser prudente y respetuoso. El padre asume y asumió la condena que pesó sobre su hija y ya está”.

«Un conflicto materno exagerado»

La última en aludir a este incidente, el pasado septiembre, fue la propia María Patiño después de que el ex guardia civil recordara su ruptura con Rocío Carrasco durante su participación en “GH Vip”: “Antonio David ha mentido descaradamente con su separación y en cuanto al conflicto madre e hija. Ha mentido como un bellaco. Quien denunció fue Antonio David a Rocío por tratar mal a su hija”. La presentadora de “Socialité” también se refería al conflicto que hace que, desde hace ocho años, madre e hija estén distanciadas: “El juez viene a decir que probablemente por el litigio la niña haya desarrollado un conflicto materno y lo haya exagerado para terminar yéndose con su padre. La niña con el respaldo del padre habría intentado manipular una situación para solicitar la guarda y custodia permanente”.

Antonio David con su hija
Antonio David con su hijalarazon

El pasado 1 de febrero, durante la presentación del musical de su madre, “En el punto de partida”, Carrasco justificaba su silencio público de años: “No he hablado nunca de las relaciones familiares. Pero el hecho de que no haya hablado no significa que el que calla otorga. El que calla está callado porque en un determinado momento así lo ha considerado, pero esto dura lo mismo que dura que decida hablar”. Tras este capítulo, quizá ese día está más cerca.

“Mi hija es muy valiente”

“Le dedico el salto a toda mi familia, en especial, a mis hermanos, a mi novio y a todas las personas que me apoyan”, gritaba Rocío Flores antes del salto en helicóptero que inauguraba su aventura hondureña mientras su padre le aplaudía desde el plató. La joven tiene dos hermanos, David, de 21 años, y Lola, la hija que su padre tuvo con Olga Moreno, su actual esposa, en 2012. Esa misma tarde, al ser preguntado por Rocío, Antonio David confesaba: “Se ha ido con un estado anímico muy bueno y tiene mucha fuerza. Es muy valiente y tira para delante”.

Javier Urra, ex defensor del menor: “En ocasiones, el niño violento es víctima de la situación de los padres”

La situación vivida entre Rocío Carrasco y su hija en 2012 no es excepcional. Javier Urra, psicólogo forense y defensor del menor en la Comunidad de Madrid desde 1996 hasta 2001, confirma que es una realidad que va en aumento: «Los casos de hijos maltratadores han aumentado de forma alarmante. Y las causas son sencillas. Primero, porque estamos en una sociedad en la que la autoridad se ha diluido: padres, profesores y fuerzas de seguridad no son respetados. Segundo, los hijos antes eran muchos, ahora tenemos uno o dos, con lo que les hemos convertido en un tesoro. En tercer lugar, somos padres más tarde, lo que se conoce como “padres añosos”, que miman y sobreprotegen más a sus hijos. Y que no educan en el ‘tú’. ¿Qué es educar en el tú?, cuestionamos. Urra, que actualmente dirige el programa Recurra-Gimson para ayudar a padres con este tipo de conflictos, lo aclara: "Llevarle a un campamento para que pase alguna que otra carencia, a un hospital infantil para que vea que hay niños que no salen de ahí, que vayan a ver a su abuela con alzhéimer…En definitiva, que entiendan lo que es el otro.
Además, hay más problemas. Existen padres que se dejan chantajear, que quieren comprar el cariño de sus hijos. Y algo básico: hay que decirles 'no’. La vida tiene frustraciones y límites y cuando antes lo descubran será mejor". Muchos menores, añade, “creen que son inimputables y que pueden hacer lo que quieran, pero tienen responsabilidades y se les puede sancionar”. Si enfocamos en la situación vivida por la hija de Rocío Jurado, Urra concluye: "Aquí existe el añadido de las separaciones mal llevadas. Sabemos que tres de cada cuatro parejas se van a separar. Y hay que educar en la ruptura. Igual que nos ponemos el cinturón en el coche porque hay riesgo de accidente, hay que decirles que a veces las relaciones se terminan.
De esta forma evitamos que se produzca una utilización bastarda de los hijos. En ocasiones, el niño violento es una víctima de la situación de los padres. Agreden o porque se sienten poco queridos o porque ese progenitor les exige más que el otro. Lo adecuado es acudir a un mediador. Porque pasar del amor al odio es muy fácil, pero el camino de vuelta es complicado. A veces, los niños son utilizados por su padre o por su madre".