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La condición de Rocío Carrasco para volver a TV: no hablar de sus hijos
Cuatro años después de su adiós, vuelve a la pequeña pantalla como colaboradora de «Lazos de sangre» y debuta hablando de su madrina, Carmen Sevilla
No ha sido fácil sacarla de su retiro, Rocío Carrasco había rechazado varias ofertas para regresar a la televisión, un medio del que se despidió hace ahora cuatro años, cuando ejercía de tertuliana en «Hable con ellas». Pero su amigo Boris Izaguirre logró el «milagro». Mañana, a las diez de la noche, la hija de Rocío Jurado se estrenará como colaboradora en «Lazos de sangre», de TVE, en una noche especial, porque, en cierto modo, «homenajeará» a su madrina bautismal, Carmen Sevilla. El cariño entre ambas era inmenso, roto cuando a Carmen la diagnosticaron alzhéimer y fue ingresada en una residencia madrileña de la zona de Aravaca.
Su hijo Augusto consideró desde entonces restringir las visitas a su madre, y Rocío aceptó con resignación tal decisión. Pero me cuentan que no ha dejado de preocuparse por su madrina, con la que vivió momentos muy emotivos en su niñez y adolescencia. La veterana actriz y cantante me dijo en una ocasión, antes de que la enfermedad del olvido le apagara la memoria, que «siento un gran cariño hacia Rocío, el mismo que le tenía a su madre y a su padre, es una chica muy cariñosa...». Su ahijada acababa de separarse de Antonio David Flores y le pregunté a mi interlocutora qué pensaba de tal ruptura: «Si es para bien, bienvenida sea, pero ten en cuenta, José, que una separación supone una ruptura familiar y, quieras que no, duele. Pero Rocío es joven y sabrá rehacer su vida. Yo siento mucho esto por sus hijos, espero que sea una ruptura que no les cree ningún trauma...». Ella no podía adivinar lo que sucedería años después, ni que Ro y Da, los hijos, dejarían la casa materna para irse a vivir con su padre.
Hace quince años, cuando falleció «la más grande», pude presenciar el amargo llanto de Carmen al dar el último adiós a su amiga y el sincero abrazo con Rociíto, de la que ella se consideraba como una segunda madre. Seguro que en «Lazos de sangre» nos enteraremos de unas cuantas anécdotas que hasta mañana permanecen en el mayor de los secretos, guardadas en el baúl de los recuerdos de sus protagonistas. En otra ocasión, paseando con Carmen por el Templo de Debod, el parque cercano a su casa, salió el tema de los conflictos judiciales de su «niña», como ella la llamaba, con Antonio David. No estaba muy al tanto de la situación y le tuve que poner al día. Mira, le dije, esto tiene difícil arreglo. Puso cara de sorpresa y me respondió: «No me esperaba esto. Es un sufrimiento... ¿Por qué las parejas no piensan más en sus hijos, en el daño que les pueden hacer, que en ellos mismos?».
El presentador de «Lazos de sangre», Boris Izaguirre, se muestra «encantado de contar con Rocío en nuestro equipo. Hoy mismo estuve con ella cambiando impresiones y la vi muy ilusionada con esta nueva etapa profesional de su vida. Además, se estrena hablando de su madrina y me ha dicho que contará muchas anécdotas que nos van a sorprender. Estoy convencido de que dará juego».
Nada de su vida personal
Boris añade que «esta temporada tenemos muy buenos colaboradores: Rocío, Alaska, Agatha Ruiz de la Prada, Rosa Villacastín, Carlos Ferrando... Nunca he trabajado con Rocío, es una mujer fascinante, que crea mucha expectación. La veo muy motivada. Sabe muy bien dónde va a estar y lo que puede aportar. Estoy deseando ver todo lo que contará sobre Carmen Sevilla. Además, durante su infancia, Rocío mantuvo contacto con todas las grandes amigas de su madre. Y seguro que guarda en su mente muchas y muy buenas anécdotas. Vamos a disfrutar con sus comentarios». Lo único que puso, según se rumorea, como condición la Carrasco antes de firmar el contrato es que no se hable de su vida personal, sobre todo en lo que se refiere a su traumática, e inexistente, relación con sus hijos.
Nadie sabe todavía si recogerá el guante lanzado por su hija mayor, Rocío Flores, que no para de decir que desea reconciliarse con su progenitora. Hasta ahora, la respuesta se resume en el silencio. Son muchos los que apuestan por un encuentro, aunque sea en la intimidad, pero Rocío madre no dice nada. Yo mismo, como me une a ella una relación de cariño desde que era una cría, me he permitido aconsejarle que ponga de su parte para que las dos vuelvan a estar unidas. Pero Rocío, ante mis mensajes de cariño y ánimo, se limita a contestar con emoticonos de corazones. No quiere entrar en el tema.
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