Isabel Pantoja blinda Cantora

El miedo a un posible rebrote del coronavirus machaca la mente de Isabel Pantoja, y si hasta ahora eran contadas las visitas a su finca “Cantora”, en adelante, y hasta que pase el peligro, la propiedad se ha convertido en un búnker blindado para casi todo el mundo.

La tonadillera y su hermano Agustin mantienen a raya a visitantes y curiosos, sin dejarles traspasar la puerta de entrada a la finca, Tan solo sus hijos y nietos tienen vía libre. El resto, pude darse por “vetado”.

Buena culpa de esta actitud la tiene la obsesión por preservar a la matriarca doña Ana de los efectos del corusco. La octogenaria padece Alzheimer, es paciente de riesgo y necesita de unos cuidados muy especiales.

Pero Isabel también es consciente de que sus ahorros van mermando, son muchos los gastos y necesita trabajar para sacar adelante a los suyos. Buena parte de lo ganado en Mediaset se lo quitó Hacienda, y su intención es volver a negociar con la misma empresa, con el fin de pergeñar nuevos proyectos televisivos.

En el plano musical, la cosa está más complicada. No hay conciertos a la vista ni proyectos de grabar otro disco. La situación empieza a ser desesperante. Y el dinero se acaba.