Ana María Aldón reivindica al machote de Ortega Cano

Indignada, dolida y abochornada. Ana María Aldón defiende al machote que tiene en casa. A un José Ortega Cano del que se confiesa enamoradísima. Su hombre es muy hombre, cumple en la cama como el que más y niega cualquier indicio que haga suponer que le gustan los señores.

Todo viene de la confesión lanzada en “Sálvame” de que el torero podría haberse “insinuado” a Antonio David Flores en un viaje a Nueva York, en el que estaban ambos con sus respectivas parejas. Ortega contesta, cabreado: “díganle a Jorge Javier que yo soy un hombre de los pies a la cabeza”. Nadie lo duda. Que se juegue con su heterosexualidad no le gusta. Y no es la primera vez que se pone en duda. Hace años, las malas lenguas le vincularon a otro torero muy conocido, y el maestro cartagenero entró en cólera. No le gustan este tipo de “bromas”, según él, de muy mal gusto. Y embiste cual Miura embravecido contra quien se le pone delante. Genio y figura no le faltan.