Ciudadanos
Arrimadas contraprograma la crisis de Cs con su vida familiar
Nada hacía presagiar que en tan poco tiempo como presidenta del partido viviría horas tan bajas. En su relación familiar todo va bien según muestran en redes Inés y su marido Xavi
Un 76% de los votos la proclamaron presidenta de Ciudadanos. Avalada por su antecesor, nada parecía indicar que en poco más de medio año su crédito político se vería sometido a continuas tensiones dentro y fuera del partido. La diputada contrarresta la crisis del partido actual con una vida familiar plena junto a Xavi Cimas. Una vida en la que, en su momento, también hubo que remar contra la corriente.
«La dignidad en la vida, cuando la pierdes, ya no se recupera». Su ex político, Albert Rivera, sin mencionar a nadie, ocultaba un dardo envenenado hacia Inés Arrimadas, que venía de votar contra las enmiendas a los presupuestos generales del Estado. Dicho de otro modo, estaba facilitando que las cuentas de Pedro Sánchez tuvieran vía libre. Y aunque Inés ha cargado duramente contra la ley Celáa, C’s ha abierto la puerta a la posibilidad de que los PGE puedan aprobarse. De un lado, los simpatizantes del partido y gente vinculada al mismo no entienden el volantazo de Arrimadas; de otro, los socios de gobierno del PSOE no quieren que este partido modifique una coma. La crisis en el seno de Ciudadanos se ha abierto y la herida parece profunda. Por suerte, a Inés le queda el refugio de su vida en familia y la experiencia de luchar contra los elementos, algo que ya tuvo que hacer cuando Xavi Cima llegó a su vida.
Parece que queda lejos, pero no: el 21 de mayo de 2020, las vidas de Inés y Xavi cambiaron para siempre tras nacer su hijo, Álex. Es cierto que, desde 2013, había comenzado a hacerlo. Aquel día, Cima empezó a dejar de ser, sin saberlo, diputado de CiU, después de que Roger Montañola, su compañero de partido y de Parlament –y después socio en tantas aventuras profesionales–, le presentara a la joven Arrimadas. Se enamoró aún teniendo en contra sus desavenencias ideológicas. Él confiesa que llegó a la política casi por casualidad, y de allí se marchó sin apenas hacer ruido, al contrario que su chica, que entró convencidísima de que sabía lo que hacía y por qué lo hacía. Una convicción y unos principios que han hecho que Cima haya apostado fuertemente por ella.
La paulatina desvinculación de Xavi de la política sucedía a la misma velocidad a la que Inés asumía nuevas responsabilidades. Y a la misma que su historia de amor se afianzaba. Atrás iban quedando sus veleidades independentistas y su relación con la diputada las fueron poniendo en sordina hasta el punto de que uno de sus últimos tuits hace referencia al peligroso acercamiento del Barça a Torra y a lo que representa, algo impensable hace poco. Es un culé irredento. Pero su amor por Inés supuso un giro inesperado. Se casaron y, tras el nacimiento del pequeño Álex, las referencias a su nueva faceta como padre son un recurso visual constante en su Instagram. Los post del consultor sobre empresa y liderazgo han sido arrumbados y en su lugar aparece, cada vez más, un hombre enamorado de su vida. Sigue vinculado profesionalmente a KREAB, una consultora de comunicación internacional, pero ya todo gira en torno a su familia. Los acompaña a menudo Suiti, su perrita pincher, que se hizo famosa durante el confinamiento, cuando Inés fue interrumpida en una videoconferencia con sus ladridos y la mandó callar en catalán, idioma, por cierto, en el que se comunica habitualmente con su marido e imaginamos que también con su bebé.
A tenor de las imágenes que publica junto a su pequeño de ya cuatro meses, Xavi Cima respira paz. Y esa paz reina en su casa. Allí se deja retratar, imaginamos que por Inés, durmiendo la siesta junto a Álex cuando el tiempo libre se lo permite. También inmortalizan sus visitas a museos con el bebé –«se porta muy bien», dice su padre–, sus paseos por la ciudad y hasta el montaje de la cuna. Todo un tutorial.
Integración y libertad
La familia reside en Madrid, pero mantienen su vivienda en la Ciudad Condal, donde viajan siempre que tienen oportunidad. Y aunque no se puede saber qué querrá ser Álex cuando sea mayor, seguro que sus padres le transmitirán lo que han aprendido de su experiencia personal: integración y libertad. Tampoco sabemos si Arrimadas logrará incorporar sus vivencias emocionales junto a Cima para capear una crisis que, al menos hoy, se percibe como el principio del fin de un partido que no ha sabido encontrar su espacio.
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