Chiara y Carolina: las Borbón “influencers”

Antes las niñas querían ser princesas, pero la revolución millenial ha dado una vuelta de tuerca al cuento: ahora quieren ser «influencers» y las princesas, también. Aunque sean princesas sin reino, como es el caso de Chiara y Carolina de Borbón-Dos Sicilias, hijas del duque de Castro, pretendiente italiano al desaparecido trono de Nápoles y primo del Rey Emérito. Las jóvenes, que utilizan ese título en sus redes sociales, tienen 15 y 17 años respectivamente y residen entre Mónaco, Roma y París, donde llevan una vida de ensueño que comparten con sus miles de «followers». Apasionadas de la moda, posan en sus fotos como «it girls», lucen firmas de lujo y tienen un canal de Youtube llamado «Enigma de una cuarentena», creado cuando empezó la pandemia. Hay más: sus dos perritos también disponen de perfil de Instagram gestionado por ellas y Cosmo y Cotto, nombres de las mascotas, han entrado a formar parte de la «real» familia. Está claro que las férreas normas protocolarias de la realeza no suponen un corsé asfixiante para ellas, pues en realidad no tienen ningún tipo de obligación institucional, aunque sí se codean con parte de la gotha europea.

Con Nicole Kidman

Carolina, la mayor, ha posado ocasionalmente como modelo y en 2014, participó como actriz con un pequeño papel en el biopic sobre Grace Kelly que protagonizó Nicole Kidman. Su curiosidad por la interpretación le viene de familia: su abuela materna, Edoarda Crociana, trabajó en el cine italiano con el nombre de Edy Vessel. Pero tiene otras ambiciones para su futuro que van más hacia el lado empresarial: «Mi madre siempre se ha dedicado a los negocios y me gustaría seguir su estela”.

Tanto ella como su hermana Chiara son la imagen de la perfección: guapas, rubias, ricas, elegantes y con una formación académica impecable. Ambas se forman en seis idiomas obteniendo unas calificaciones excelentes. Su madre, la princesa Camilla de Borbón dos Sicilias, compartió orgullosa el expediente en sus redes el pasado mes de septiembre. Las hijas del duque de Castro han seguido un prestigioso programa de estudios, con profesores particulares, que prepara a los jóvenes para poder ingresar en las mejores universidades. «Es una decisión que tomaron mis padres y he de decir que la educación privada es más difícil porque tienes que ser muy disciplinado y seguir unos horarios muy rígidos. Tienes que estar muy preparado. También me da la libertad de viajar y estar cerca de mis padres y hablar mucho con ellos. La desventaja es que en las escuelas te diviertes más», decía Carolina en una entrevista.

Si Carolina tiene un perfil de perfecta «influencer», la pequeña de la familia no se queda atrás. De la misma edad que la Princesa Leonor, su estilo de vida difiere mucho del de la española. A Chiara le apasiona la moda y la belleza, y la hemos visto incluso compartiendo algún tutorial de maquillaje en su Instagram. Pese a su juventud, brilló especialmente el año pasado, en el baile de debutantes Le Bal de París, donde su hermana celebraba su puesta de largo. Allí las vimos posar con vestidos de alta costura junto a las hijas de Julio Iglesias y Miranda, y otras jóvenes de la alta sociedad.

Al margen de su faceta 2.0, las Borbón «influencers» están muy implicadas en proyectos solidarios, algo que han aprendido de su madre. La princesa Camilla regenta una fundación benéfica con su propio nombre para la protección del medioambiente y la promoción del desarrollo científico en los mercados emergentes. En estos tiempos de Covid que vivimos y conscientes de la popularidad que tienen, especialmente en Italia, tanto Carolina como Chiara han mandado mensajes a sus seguidores para que lleven mascarilla y sigan las normas. La mayor de las princesas tiene muy claro cuál es su responsabilidad como parte de la realeza: «Tenemos la responsabilidad de no dejar que se olvide la historia y pasar las tradiciones y la cultura a las siguientes generaciones. También tenemos la responsabilidad de trabajar, antes las ’'royals’' no lo hacían, pero ahora trabajamos como todo el mundo y debemos hacerlo muy bien».