A Calós García-San Miguel y Rodriguez de Partearroyo, pareja de la periodistaLydia Lozano, no le gusta el mundo del corazón el, eso está muy claro. Y lo demostró ayer miércoles al ser preguntado por los reporteros que le esperaban en la puerta de su casa para preguntarle por el estado de salud de Lydia, tras ser operada de la columna el pasado martes. Charlie, como le conoce todo el mundo, se puso muy serio y pidió que ni le grabaran, ni le fotografiaran ni le preguntaran. Desapareció de escena en su coche descapotable inmediatamente, haciendo oídos sordos ante la insistencia de los reporteros. Esquivo y serio son los calificativos que más se adaptan a su proceder.

Más cercana fue Lydia cuando le pillaron dando un pequeño paseo por los alrededores de su domicilio. Apenas un día en el hospital y le dieron el alta. En unos días la veremos de nuevo en el plató de “Salvame”, sabiendo que su compañera Anabel Pantoja le ha quitado el puesto de llorona oficial del programa. Vaya par de plañideras. No quiero ni pensar en el día que ambas derramen lágrimas a dúo ante la audiencia. Un diluvio de llantos.