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«Penny» y las otras amantes del duque de Edimburgo: lo que no verá la reina

No fue la única, pero sí la más conocida. Ninguna mujer se le resistía. La nueva temporada de «The Crown» reaviva una polémica que incomoda al Reino Unido

El Príncipe Phillip y Penny Brabourne
El Príncipe Phillip y Penny BrabourneGTRESONLINEGlyn KIRK / AFP

La periodista y politóloga Ana Polo Alonso ha publicado «La Reina. La increíble vida de Isabell II» (La Esfera de los Libros), una biografía en castellano sobre la monarca, «símbolo de una era», fallecida el pasado 8 de septiembre a los 96 años. En esta biografía, Polo explica la «trastienda del poder en el palacio de Buckingham y cómo una muchachita tímida, sin especial formación ni carisma, llegó a convertirse en un icono indiscutible» y un objeto de reverencia y respeto para millones de personas en todo el mundo».

Durante más de 600 páginas, la autora desgrana cómo durante décadas se encargó de «defender la Corona, una tarea que no siempre fue fácil», y abarca desde su educación y vida como princesa durante la Segunda Guerra Mundial hasta su boda, la tragedia de la Princesa Diana y los escándalos de sus hijos, y más recientemente, también la de su nieto Harry de Inglaterra y su esposa, Meghan Markle. Pero también, y esto siempre ha sido un secreto a voces, las infidelidades de su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo.

El destino le deparó al duque vivir a la sombra de su esposa, la reina más poderosa del mundo. Siempre un paso por detrás, en un segundo plano, aparentemente sumiso y discreto. Ser el marido de Isabel de Inglaterra le supuso llevar una vida de renuncias, agazapado tras una férrea coraza tras la que escondía la otra cara del hombre, su fuerte carácter y, sobre todo, las muchas infidelidades que llenaron su vida. A este respecto, la autora afirma que los devaneos amorosos del príncipe eran ciertos. «Los rumores sobre una presunta relación entre el príncipe Felipe y Penelope ‘’Penny’' Knatchbull han sido intensos durante mucho tiempo, décadas incluso. Muchos consideran que había una gran amistad entre ellos; otros llegan más lejos. Es cierto que se les veía a menudo juntos e incluso en público, bailando, montando en moto o, en la mayoría de las ocasiones, montando a carruaje, una de las aficiones favoritas del duque después de que, por problemas de salud, tuviera que renunciar al polo. Hay fotografías de sobra de los dos riéndose o compartiendo confidencias. De hecho, también hay multitud de fotos de Penny con la reina Isabel II. Y la verdad es que en la mayoría aparecen riéndose.

Pero, ¿quién era «Penny»? «Penelope Knatchbull es una mujer de gran belleza y también es de clase alta: su padre era un riquísimo comerciante de productos cárnicos que se hizo millonario con una cadena de restaurantes de chuletas y chuletones llamada Angus Steakhouse. Penny había recibido una esmerada educación, con períodos de estudios en un internado de Suiza y unos años en la ultraprestigiosa London School of Economics. Penny se casó en 1979 con Norton Knatchbull, descendiente de Dicky Mountbatten, un ahijado del duque de Edimburgo que también era un gran amigo del entonces príncipe –hoy rey– Carlos. Knatchbull no solo tenía fortuna y un pedigrí aristocrático impecable, sino también poseía una espectacular mansión del siglo XVIII, Broadlands, que había pertenecido a Mountbatten y en donde la reina Isabel II y su marido pasaron su noche de bodas y las primeras semanas de su luna de miel», destaca Polo.

«Penny» fue amiga durante muchos años de toda la familia, de hecho estuvo invitada en el funeral del duque de Edimburgo y también en el de la soberana británica. De hecho, fue la única persona que no era de la familia que fue invitada al funeral más íntimo del marido de la reina, donde solo asistieron el año pasado 30 personas, debido a las restricciones marcadas por la pandemia.

Pero a pesar de toda su riqueza, Penny no tuvo una vida fácil. En 1991, su hija Leonora murió de cáncer de riñón. Tenía tan solo cinco años. Según la periodista Ingrid Seward, una de las mayores expertas en la aristocracia británica, su marido se fugó con otra –una diseñadora de modas, al parecer– a las Bahamas. Más que comprensiblemente, «Penny» se hundió en la desesperación y, al parecer, fue cuando su vida estaba en el punto más bajo, cuando el duque y ella comenzaron a hacerse muy amigos.

«La reina Isabel conocía esta amistad especial. Y por lo que se sabe, no le importaba. La monarca fue educada en una generación y una clase social en donde estaba perfectamente aceptado que los matrimonios, tanto hombres como mujeres, tuvieran amantes siempre que se respetaran una serie de reglas. Básicamente, que el matrimonio no se rompiese ni se forzara una ruptura de otros matrimonios. De hecho, entre la aristocracia corre el chiste, o no tan chiste, de que para saber quién es amante de quién sólo hay que mirar qué matrimonios comienzan a salir juntos con frecuencia. Se da por hecho que semejante proximidad es una cobertura para los encuentros furtivos», matiza.

«De la reina siempre se dice que pedía a su marido lealtad, no fidelidad, algo que a las generaciones más jóvenes les puede parecer machista y aberrante –y, hasta cierto punto, lo es–, pero en su época era normal. Puede que al principio de su matrimonio los escarceos de Felipe le dolieran –es lo más probable–, pero con los años fue mirando hacia otro lado», añade.

El príncipe Felipe en una foto de 1957
El príncipe Felipe en una foto de 1957(AP Photo/File)Agencia AP

Infidelidades en «The Crown»

El estreno de la penúltima temporada de «The Crown» está levantando polémica antes de empezar, el próximo 9 de noviembre. Y es que en los medios británicos se ha filtrado que en la serie basada en la familia real podría haber alguna escena del duque de Edimburgo buscando una aventura con su íntima amiga Penny Knatchbull. Las escenas se verían tan solo un mes después de la muerte de Isabel II. De hecho, desde el entorno de la monarca se ha desatado la furia, según ha publicado el digital «Mail Online». Netflix recogería en la penúltima temporada unas escenas íntimas de Penny Knatchbull junto al príncipe Felipe. Se ha filtrado que podría verse a la pareja, que se llevaban 30 años de diferencia, tocándose las manos mientras el marido de la monarca le habla sobre los «problemas» en su matrimonio.

Para Dicky Arbiter, ex secretario de prensa de la difunta Isabel II, recoger una escena así a las pocas semanas del fallecimiento sería una «basura muy desagradable y, francamente, cruel». Pero desde Netflix se defienden y han explicado a «Mail Online» que todo lo publicado sobre el contenido de la próxima temporada de «The Crown» no son más que «puras especulaciones».

Y las chicas del coro

«Era casi imposible que no le fuera desleal a su esposa», argumenta Lady Colin Campbell, autora de «The Queen’s marriage», publicada en 2018, y de muchas otras biografías escandalosas de la familia real británica. «Felipe emanaba masculinidad por cada uno de sus poros y eso ya parece suficiente para dar crédito a todos los rumores que le acompañaron en vida», afirma en el libro. Uno de los primeros nombres femeninos que se asoció con el del Duque fue el de la escritora Daphne du Maurier, autora de «Rebeca», con la que supuestamente mantuvo una relación intermitente de 40 años, hasta que ella falleció, en 1989.

Pero las infidelidades comenzaron incluso durante su noviazgo con Isabel II. Se dice que durante años cortejó a la actriz norteamericana Cobina Wright hasta que ésta se casó con multimillonario estadounidense. Otro de los nombres más citados es el de la bailarina de teatro y cabaret británica Patricia Kirkwood, con la que habría estado mientras Isabel estaba embarazada de su primer hijo. Se habla también de Helen Cordet, cantante, y amiga de la infancia de Felipe y de la socialité Magdalena Nelson de Blaquier con quien se le atribuyó un romance, a principios de los años sesenta. Patricia Kluge, antigua modelo de revistas pornográficas, también se rindió a sus encantos y durante un tiempo, se señaló a Alexandra de Kent, lady Ogilvy, prima de la reina que fue dama de honor en su boda, pero nunca se encontraron pruebas.