Élite

Ariane de Holanda, otra royal que se suma a las escuelas UWC

La hermana pequeña de la princesa Amalia sigue sus pasos, los de la princesa Leonor o los de la infanta Sofía

De izquierda a derecha, las princesas Alexia, Amalia y Ariana de Holanda
De izquierda a derecha, las princesas Alexia, Amalia y Ariana de HolandaGtres

La infanta Sofía llega este martes 29 de agosto a Gales para comenzar su formación en Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College, el mismo por el que se decantó su hermana mayor, la princesa Leonor, y otras tantas jóvenes altezas alrededor de todo el mundo.

De hecho, Ariane de Holanda, la hija pequeña de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima, ya se encuentra en el UWC Adriatic, una escuela del mismo grupo ubicada en el pueblo italiano de Duino, sito al noreste del país. Como su homólogo en Gales, el centro cuenta con una posición privilegiada, en lo alto de un acantilado con vistas al Mediterráneo, en consonancia con los alumnos de élite que allí se forman. Pero cuando se habla de élite en los centros UWC se hace en términos académicos, no económicos o sociales, puesto que un alto porcentaje de los estudiantes están becados y los principales requisitos a la hora de ser admitido son relativos a las aptitudes de los alumnos, no a su poder adquisitivo.

Las princesas Amalia y Ariane de Holanda
Las princesas Amalia y Ariane de HolandaGtres

Ariane de Holanda, como la infanta Sofía, ha querido seguir los pasos de su hermana mayor, Amalia, la heredera al trono de los Países Bajos que cursó Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College de Gales, igual que en su día hizo su padre, el rey Guillermo Alejandro.

Momento complicado

La pequeña de las hijas de los soberanos holandeses se muda a Italia en una etapa difícil para su familia. Su hermana mayor fue amenazada por la mafia y se vio obligada a dejar el piso de estudiantes que compartía en Ámsterdam para regresar a palacio, donde está más segura. Aunque la princesa Amalia ha demostrado que vive sin miedo y este verano ha disfrutado de varios viajes, incluidos algunos a España, ella misma confesó que no era fácil ser el blanco de una organización criminal: “Voy a ser muy honesta, todavía estoy pasando un momento muy duro. Echo de menos la vida normal, la vida de una estudiante. Pasear por las calles, poder ir a una tienda”.