Escándalo

El misterio del príncipe Andrés: ¿cómo costea su vida de lujo?

El exduque se aferra a sus privilegios mientras su reputación y fortuna se hunden

El príncipe Andrés en una imagen de archivo
El príncipe Andrés en una imagen de archivoGtres

A primera vista, el Royal Lodge parece un rincón de cuento en el corazón de Windsor. Pero detrás de los muros georgianos de la gran mansión, rodeados de jardines donde antaño paseaba la reina madre, vive hoy un hombre que encarna el lado más incómodo de la monarquía británica. El príncipe ha tenido que renunciar a sus títulos por el escándalo de abusos sexuales a menores que le lleva persiguiendo desde hace una década y que él siempre ha negado. Lleva años apartado de la vida pública por su polémica amistad con el pedófilo convicto Jeffrey Epstein y no se le conoce ni oficio ni beneficio.

Y, sin embargo, sigue manteniendo una vida de lujo. Ni siquiera Carlos III, cuentan fuentes cercanas a Palacio, tiene del todo claro cómo su hermano costea los millones necesarios para mantener, entre otros, su residencia de 30 habitaciones o los gastos de seguridad, quien tiene que financiar de su bolsillo. El príncipe ha logrado mantener sus asuntos financieros ocultos al público durante años mediante una combinación del secretismo tradicional que rodea a los Windsor y la confidencialidad de sus tratos con personas adineradas, principalmente extranjeras.

El príncipe Andrés y Carlos III de Inglaterra
El príncipe Andrés y Carlos III de InglaterraGtres

Pero la indignación por la publicación póstuma de la biografía de Virginia Giuffre –quien denunció abusos sexuales del príncipe cuando era una menor y se quitó la vida en abril– ha socavado el consenso en Westminster, según el cual los políticos se abstienen de criticar públicamente a la familia real. El premier Keir Starmer se ha mostrado a favor de un escrutinio adecuado de la vivienda del príncipe y un comité de diputados de alto rango ha solicitado más detalles. «El príncipe Andrés se ha deshonrado a sí mismo, ha avergonzado a la familia real una y otra vez. El público está harto de él», recalca el portavoz de justicia de la oposición conservadora, Robert Jenrick.

Pensión de 20.000 libras

De su economía solo se conoce un ingreso oficial: la pensión naval de unas 20.000 libras anuales, fruto de sus años de servicio entre 1979 y 2001. Cifra insuficiente para justificar sus residencias o sus gustos caros. En 2014 compró en Suiza el chalet Helora por 18 millones de libras, y su casa en Windsor requiere constantes obras: solo las reparaciones más recientes costaron unos dos millones. Durante décadas, Andrés recibió dinero público por su labor como miembro activo de la familia real. El último registro disponible, en 2010, ascendía a 249.000 libras al año. Tras las reformas introducidas por David Cameron, las cuentas dejaron de hacerse públicas, y la reina pasó a pagarle con fondos de su fortuna privada. En 2019, tras la desastrosa entrevista en la BBC sobre su relación con Epstein, tuvo que abandonar sus funciones oficiales. Pese a ello, siguió recibiendo un estipendio personal de cerca de un millón anual, que Carlos III habría cortado el pasado año.

El príncipe defenestrado entró a vivir en la mansión en 2003 y, según el contrato que cerró con Crown State, el organismo que gestiona las propiedades de la Corona, no paga el alquiler de 260.000 libras al año tras pagar un millón de libras para arrendar la propiedad y 7,5 millones de libras en reformas. Esta fórmula es legal, pero el contexto, con el príncipe asediado por las informaciones sobre su relación con Epstein, la vuelve inaceptable para muchos. Ese mismo contrato determina que el patrimonio de la corona le debería alrededor de 600.000 libras si él renunciara al mismo. Y he aquí el que podría ser uno de los escollos de la negociación, puesto que, según el documento, tendría que recibir una compensación que podría estar sobre la mesa en palacio.

VÍDEO: El príncipe Andrés de Inglaterra renuncia a sus títulos por las acusaciones sobre vínculos con Epstein
VÍDEO: El príncipe Andrés de Inglaterra renuncia a sus títulos por las acusaciones sobre vínculos con EpsteinEuropa Press

El ya exduque siempre ha mostrado una ambición económica poco disimulada. En 2001 fue designado representante de comercio internacional del Gobierno británico, un puesto diplomático que le permitió viajar por medio mundo y relacionarse con poderosos empresarios. Con el tiempo, se le acusó de utilizar su posición para cerrar acuerdos personales y lucrarse a través de comisiones. El biógrafo Andrew Lownie lo describe sin ambages: «Epstein lo utilizó como herramienta para ganar respetabilidad y contactos. Andrés veía en él la puerta de entrada al mundo de los superricos». El intercambio era evidente: el americano obtenía legitimidad, y el príncipe, una vida de lujo que no podía pagar por sí solo.

Frogmore Cottage y Adelaide Cottage

El príncipe Andrés de Inglaterra y su exesposa Sarah Ferguson, que siguen viviendo juntos, estarían dispuestos a dejar su residencia de Royal Lodge, a cambio de ocupar dos casas, según publica The Sun. Él quiere Frogmore Cottage, la antigua residencia del príncipe Harry y su esposa Meghan Markle en Windsor. Ella, Adelaide Cottage después de que William y Kate Middleton se vayan el próximo mes. Un amigo de la pareja comentó: «Nadie sabe con certeza cómo será la situación en el Palacio todavía». Frogmore Cottage es mucho más modesta, ya que consta de dos casas derribadas para formar una sola y cuenta tan solo con cinco dormitorios y cuatro baños. Los duques de Sussex recibieron esta casa, catalogada como Grado II, como regalo de bodas de la difunta Reina Isabel II, en 2018. Después, gastaron 2,4 millones de libras esterlinas de los contribuyentes en reformas, que posteriormente devolvieron de forma íntegra tras romper lazos con la Familia Real. Las obras realizadas incluyeron entre otras, instalación de calefacción por suelo radiante, una bañera de cobre, una barbacoa de jardín y pintura vegana.