Familia

La nueva libertad de Ainhoa Armentia para casarse con Urdangarin

La novia de Urdangarin vive con resignación los bulos diarios, mientras ansía la boda con su novio

Ainhoa Armentia
Ainhoa ArmentiaEuropa Press

Ccon paso firme y cabeza alta. Así se enfrentó la vitoriana Ainhoa Armentia, de 44 años, cuando en enero de 2022 las cámaras de televisión la acechaban a la salida del despacho de abogados, donde trabajaba con Iñaki Urdangarin. Unas fotos de la mano del exmarido de la Infanta Cristina paseando por la localidad vascofrancesa de Bidart pusieron cara a lo que todos sabían en la capital vasca. Una localidad donde la discrección va pareja al cerrado carácter vasco. Además, nadie haría una jugarreta así a los Urdangarin, una familia muy querida en la capital. Pero la bomba explotó para todos.

Los que conocen a la analista Armentia saben que la relación con su ahora exmarido estaba repleta de altibajos. Madre de dos hijos, estaba casada con Manuel Ruiz desde hace 20 años. Él estaba habituado a perdonar y ella a volver, pero la relación con Urdangarin era diferente. Armentia locamente enamorada formalizó a principio del invierno el divorcio con Manuel, una noticia que ha trascendido ahora, casualmente cuando se ha aireado que Urdangarin está en trámites de hacer lo propio con la hermana de Felipe VI.

Ainhoa e Iñaki quieren ser libres para no tener que vivir su amor de manera furtiva e incluso se plantean casarse por lo civil en una boda íntima. Ella lleva ya tiempo viviendo en el piso de su padre, aunque cuando se supo su relación con el exduque de Palma estuvo un tiempo conviviendo con su todavía esposo y sus hijos, que sufrieron un acoso mediático complejo para su edad. En los mentideros de Vitoria se la apodaba la Olvido Hormigos de Vitoria, aludiendo a la excolaboradora de televisión, exconcejala de Los Yébenes, en Toledo, con el PSOE, que convivía con su marido, a pesar de ser públicas sus infidelidades.

Ainhoa Armentia llegando al despacho, en Vitoria (España). Europa Press
Ainhoa Armentia llegando al despacho, en Vitoria (España). Europa PressEuropa PressEuropa Press

Ni Iñaki ni Ainhnoa querían ese tipo de vertiente para su relación. Ambos ya conocen a sus respectivos hijos y desean empezar de cero una vida en común en el anonimato, como cualquier pareja que encuentra un segundo amor en su vida. Sin embargo, las cosas no están siendo tan sencillas. Aunque por parte de ella, Manuel no ha puesto ningún impedimento para el divorcio. La Infanta Cristina sí que ha tenido una ardua negociación con su exmarido que aún tiene que matizar algunos puntos económicos. Además, del hándicap de la minoría de edad de Irene Urdangarin, una circunstancia que acabará en verano cuando cumpla 18 años de edad. Esta parte del divorcio está siendo más compleja y, segúna adelantó «El Confidencial», el ministerio del Interior dio la orden al equipo de agentes que tiene destinado a Casa Real para que se iniciaran los trámites de retirada de escolta de Iñaki Urdangarin, algo que afecta al tiempo que pasa Irene con él.

Incómoda popularidad

Ainhoa ha aprendido en todo este proceso a callar más que nunca y el precio del silencio. La joven, que siempre ha sido muy activa en la vida social de Vitoria, mide ahora cada uno de sus pasos. Ya nada queda de esa mujer que en 2019 hablaba espontáneamente a la televisión local durante el carnaval infantil, en el que desfiló disfrazada de nota musical en la comparsa del colegio de sus hijos. Ahora, la información que suelta en casa, delante de sus hijos, se mide con cuentagotas. La pérdida del anonimato es algo que está sufriendo Armentia y que, de momento, le compensa.

Ella lo que tiene claro es que no se esconde ante la prensa que la acosa a la puerta de su casa y de su trabajo. Así ocurrió la semana pasada cuando le preguntaron sobre su posible embarazo. Su respuesta fue firme y desvelaba el hartazgo que sufre. «Esto ha sido una sorpresa para mí también. Parece que vostros sabéis más que yo». Y añadió sin dejar de mirar a la cámara de Europa Press: «Increíble la falta de respeto y las cosas que podéis inventar», dijo desmintiendo por completo que podía estar embarazada. «Vosotros sabéis, yo no tengo ni idea», sentenció. Amable y sin dejar de perder la sonrisa, también respondió sobre el divorcio de su novio. La respuesta era un mantra de la anterior. «Ya sabéis más que yo. Lo siento. No tengo ni idea de nada de lo que me preguntáis. Yo no tengo nada que decir de esto».

Licenciada en Administración y dirección de empresas, Ainhoa Armentia lleva su día como puede en Imaz Abogados, el despacho que la fichó en 2019, despues de su paso por una conocida cadena hotelera de la capital. Como dijo Iñaki Urdangarin son «cosas que pasan». Unas cosas que les llevan a no poder salir juntos a comer y a entrar por separado no solo al trabajo, sino a cualquier local de la ciudad donde residen. Cosas que pasan en un divorcio mediático a tres bandas y en el que el apellido Borbón siempre estará presente para el futuro matrimonio.