Malos negocios
Nuevo batacazo empresarial del hermano de Kate Middleton
James Middleton levantó el año pasado un negocio tras su último revés económico, pero parece que las cuentas no le vuelven a cuadrar
La familia de Kate Middleton parece que tienen la negra en cuestiones empresariales y es que las cuentas no les cuadran, los números ya aparecen en números rojos y se ven obligados a tomar drásticas decisiones para proteger su ingente patrimonio. El pasado mes de mayo fueron los padres de la princesa de Gales, Carole y Michael, los que tenían que vender la firma de artículos de fiesta con la que amasaron una gran fortuna, porque comenzaron a registrar pérdidas por culpa de la pandemia de coronavirus y el Brexit. Ahora el que se lleva un batacazo empresarial es su hijo, James Middleton, lo que pone de nuevo el foco mediático en las cuentas de la familia política del príncipe Guillermo de Inglaterra.
El hermano de Kate Middleton no para de acumular pérdidas. Su empresa Hello Ella se encuentra atravesando problemas, después de que sus activos se hayan reducido considerablemente, lo que pone su economía personal en serios peligros. Esta compañía venía a ser la sustituta a su anterior fracaso empresarial, que se produjo hace tan solo un año, cuando sus tarjetas de felicitación y regalos personalizados Boomf llegó a sumar hasta dos millones de euros de pérdidas. No pudo mantenerla a flote y decidió disolverla, con la ilusión de que Hello Ella fuese su salvavidas. No ha podido ser y un año después sufre un nuevo revés.
Los activos de esta nueva aventura empresarial se fijaron en 390.000 euros, pero con el paso de los meses se han reducido considerablemente, situándose ahora en los 107.000 euros, como así han detallado desde el diario británico ‘Express’. James Middleton estaba esperanzado, aunque todo apuntaba a que esta nueva empresa centrada en la venta de comida y chucherías para perros envasadas al vacío, iba a ser un nuevo fiasco. “Estoy en un negocio que me encanta”, aseguraba al ‘Daily Mail’ el empresario, queriendo aparentar una solvencia que su compañía no tenía, hablando incluso del inestimable respaldo que estaba recibiendo por un grupo de adinerados inversores. Los mismos que ahora echan cuentas y se percatan de que la aventura ha zozobrado en su primer año de travesía.
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