
Contra el Gobierno
El príncipe Harry vuelve a Londres pero no verá a su familia
El duque de Sussex no se niega a sufragar el coste de los gastos policiales mientras él o su familia se encuentren en suelo británico, pero exige que sea la policía metropolitana la que se encargue de ello
Sin anuncio oficial, sin pompa ni ceremonia. El príncipe Harry ha aterrizado en Londres en lo que parece ser un viaje tan discreto como cargado de simbolismo. No hay reuniones familiares previstas (ni con su padre, el rey Carlos III, que está en Italia, ni con su hermano William), y su estancia en territorio británico está motivada por un viejo conocido: la Justicia. En concreto, el duque de Sussex ha cruzado el Atlántico para asistir a la audiencia del Tribunal de Apelación de una de las batallas legales que libra contra el Gobierno británico. El motivo: su seguridad privada
Guardaespaldas armados, una exigencia real
No es que el príncipe se niegue a pagar por su propia protección. Al contrario. Harry ha dejado claro que está dispuesto a asumir los costes asociados a su seguridad mientras él, o su familia, estén en suelo británico. Pero lo que exige es que dicha seguridad corra a cargo de la Policía Metropolitana, y no de cualquier agencia privada. Y no cualquier tipo de protección: quiere guardaespaldas armados.

La obsesión por la seguridad personal no es nueva en la vida del menor de los hijos de Carlos III y la difunta Lady Di. Está tatuada en su memoria desde que, con apenas doce años, perdió a su madre, Diana de Gales, en un accidente en París cuando era perseguida por los paparazzis. Desde entonces, la idea de que la prensa es una amenaza constante se ha instalado como una sombra alargada en su día a día.
El episodio más reciente que reforzó su preocupación tuvo lugar en mayo de 2023: una persecución en plena Nueva York en la que participaron varios fotógrafos mientras él, Meghan Markle y su suegra trataban de huir en coche. Una escena que pareció sacada directamente de un thriller urbano y que reavivó sus fantasmas del pasado.
Según estimaciones de "Forbes", la protección 24/7 en su residencia californiana de Montecito podría costar entre dos y tres millones de dólares anuales.
Durante su breve refugio en Canadá entre 2019 y 2020, la factura por su seguridad ascendió a unos 300.000 dólares, coste que corrió por cuenta del contribuyente canadiense. Este asunto, que mezcla responsabilidad institucional, privilegio y dinero público, se ha convertido en uno de los mayores quebraderos financieros de los duques de Sussex.
Sin reencuentro familiar
Por más que aterrice en su tierra natal, este viaje no tendrá sabor a reencuentro. Las grietas familiares siguen abiertas y ni su hermano William ni Kate Middleton figuran en la agenda del príncipe. Tampoco habrá visita al Palacio de Buckingham, ya que Carlos III y la reina Camilla han viajado a Roma para una visita oficial de tres días, con motivo del 20 aniversario de su boda.
En Italia, el monarca británico tiene previsto reunirse con el Papa Francisco, que continúa recuperándose tras superar una neumonía, en un gesto que busca tender puentes entre la Iglesia Católica y la Iglesia Anglicana, de la que él es, ni más ni menos, el gobernador supremo.
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