¿Quién es la nueva novia de Marius Borg, el hijo "díscolo" de Mette-Marit?

Hay historias de amor que florecen entre rumores, flashes y entornos privilegiados. Otras, en cambio, se desarrollan en el borde afilado entre la pasión y el escándalo. La vida de Marius Borg Høiby, primogénito de la princesa heredera Mette-Marit de Noruega, parece navegar por ambos mundos. A sus 28 años, el joven ha encontrado el amor en una vieja conocida: Andrea Shaw, hija de un empresario cercano a su familia. Pero mientras su relación se consolida con viajes románticos y planes de convivencia, su nombre resuena también en los pasillos de los tribunales noruegos.

La pareja vive actualmente en el exclusivo barrio de Frogner, al oeste de Oslo, en un apartamento que comparten desde hace meses. Juntos han sido vistos en enclaves paradisíacos como Cannes, donde se dejaron fotografiar en la célebre playa de La Guérite, o en lugares más íntimos como Geitholmen y Kragerø, donde escaparon del bullicio para disfrutar del anonimato. Desde la infancia, Marius y Andrea compartieron una sólida amistad que, según revela el semanario "Se og Hør", se transformó recientemente en una historia de amor.

Historial judicial del hijo de Mette-Marit

Sin embargo, el romance se ve inevitablemente opacado por el historial judicial del joven. En abril del año pasado, Marius protagonizó un violento altercado con su expareja, Rebecca Helberg, quien terminó hospitalizada con una conmoción cerebral. La policía encontró su apartamento destrozado y días después, el propio Marius emitió un comunicado público en el que admitía haber ejercido violencia "bajo los efectos del alcohol y la cocaína".

El relato se torna más turbio. Tres meses después del incidente, fue detenido nuevamente, esta vez por acusaciones de violación. Tras diez meses de investigaciones, el 27 de junio la policía anunció que Høiby es "sospechoso de 23 delitos", incluidas tres violaciones. Su abogado, Petar Sekulic, ha declarado que su cliente «se toma el caso muy en serio y ha cooperado en todo momento con la policía». El expediente ha sido remitido a la fiscalía de Oslo.

El contraste no puede ser más marcado: por un lado, el heredero no oficial de una de las casas reales más discretas de Europa parece encontrar estabilidad sentimental con una compañera de toda la vida. Por otro, un historial de excesos, agresiones y acusaciones gravísimas lo sitúa en el epicentro de una tormenta legal y mediática que amenaza con redefinir su lugar -si lo tiene- en la familia real noruega.

Mientras tanto, el amor y la justicia corren en paralelo. Y Marius, de momento, camina sobre una cuerda floja.