
En escena
La reina Camilla, protagonista de un thriller
El autor británico Peter James convierte a la monarca en protagonista de su nuevo libro, donde un atentado sacude los cimientos de Buckingham

La ficción británica acaba de sumar un personaje ilustre a su imaginario: la reina Camilla. Y no como guiño pasajero, sino como figura central en El halcón ha muerto: un asesino en el palacio, el nuevo thriller de Peter James, el escritor favorito de la propia monarca. Camilla, lectora insaciable y valedora del universo literario a través de The Queen’s Reading Room, da ahora un salto inesperado: de la butaca al relato, del papel de prescriptora al de protagonista.
La novela arranca con una escena que podría firmar Hitchcock: el Royal Train, con Camilla a bordo rumbo a un compromiso en Sussex, descarrila de forma abrupta. Minutos después, sin que aún se sepa si se trata de un accidente o un ataque, su asistente personal es abatida por un francotirador. Es el detonante perfecto para que Roy Grace -el detective fetiche de James, curtido en tramas de crimen británico- se enfrente a un caso que le lleva hasta el corazón palaciego. Según adelanta la sinopsis, "Roy Grace nunca soñó que una investigación de asesinato lo llevaría a lo profundo del Palacio de Buckingham". Y, por primera vez en su saga, lo hace acompañado de la familia real.
El autor favorito de la reina
El cameo de Camilla no surge de la nada. Peter James ha sido durante años uno de los autores preferidos de la reina, hasta el punto de que ella misma figura entre los primeros destinatarios de cada nuevo manuscrito. La relación entre ambos va más allá de la cortesía institucional: Camilla ha visitado el set de rodaje de Grace, la adaptación televisiva de la saga, y el escritor confesó recientemente que la monarca estaba "emocionada" por formar parte de su último libro. Ese entusiasmo compartido convierte su aparición en algo más que un capricho literario: es una alianza natural entre una lectora influyente y un autor consagrado.

El retrato que ofrece la novela sitúa a Camilla en un escenario que conoce al detalle: los engranajes del servicio real, los pasillos de Buckingham, la coreografía cotidiana de la monarquía. James ha tejido la trama con la minuciosidad documental que lo caracteriza, consultando a miembros del entorno real para lograr una representación exacta, casi íntima, de los espacios donde la Reina desarrolla su vida oficial. La ficción, así, dialoga con la realidad: Camilla se mueve en territorios que, sin dejar de ser literarios, le resultan familiares.
El Royal Train -el elegante tren histórico que acompaña a la realeza desde 1840- también cobra un protagonismo inesperado. Y lo hace a las puertas de su desaparición: dejará de circular en 2027 por su elevado coste de mantenimiento, después de que en 2024 registrara gastos cercanos a los 90.000 euros en apenas dos trayectos. Ese contraste entre decadencia y glamour convierte su presencia en el libro en un homenaje final, una despedida en clave de ficción antes de que Buckingham ordene su retirada definitiva.
Con su aparición en El halcón ha muerto, Camilla reafirma su papel como embajadora cultural de la monarquía británica y añade un guiño sofisticado a su ya estrecha relación con la literatura. Si durante años ha impulsado el hábito de la lectura como terapia y como placer, ahora se convierte ella misma en personaje. Una reina que inspira historias… y que, de pronto, también las habita.
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