Royals
SúperSofía: una agenda repleta, misas con su hijo y llamadas por Skype con Don Juan Carlos
La madre de Felipe VI no está deprimida como se dice. Felicitó a su marido y no para de trabajar. Es todo menos emérita
La Reina Sofía cumplió el pasado 22 de noviembre 86 años. Ese día no hubo gran reunión familiar sino un almuerzo reducido al que acudieron la Infanta Elena, su hija Victoria Federica y algunos de los nietos Urdangarin que cuando están en España viven en casa de la abuela real. En esa fecha solo estaban Juan e Irene. La pequeña de la Infanta Cristina se matriculó en una universidad en el Reino Unido y siempre que puede vuela a Madrid. Su noviazgo con Juan Urquijo, hermano de Teresa, la mujer del alcalde Martínez Almeida, es la causa de esos viajes. Dicen que ella lo tiene más fácil.
El sobrino político del alcalde de Madrid trabaja en la gestión de cacerías en Corsini Hunt que explota el coto La Flamenca. Esta era una de las fincas preferidas de Don Juan Carlos para participar en monterías. Javier Corsini es un gran amigo de Don Juan Carlos y fue uno de los íntimos que estuvo en el cumpleaños del monarca jubilado en Abu Dabi. En ese cinco de enero, igual que en otros momentos, la reina Doña Sofía felicitó a su marido a través de Skype. Desde que Felipe (Froilán) vive en los emiratos esas conversaciones son más habituales de lo que se podría pensar. Suceden cuando el nieto se encuentra almorzando con su abuelo y las llamadas son a tres bandas.
La relación de Doña Sofía con su marido se rompió hace muchos años, pero el tiempo y, sobre todo, los muchos años de ambos, octogenarios los dos, suavizó esos desencuentros. «La Reina sufrió mucho cuando tenía que sufrir y ahora las infidelidades pasadas y las muchas deslealtades del Rey no le afectan. Por mucho que se haya publicado que las apariciones de Bárbara Rey la han perturbado no es así. Todo eso, incluidas las conversaciones privadas donde el Rey hace comentarios fuera de lugar, ya las conocía. Ahora lo que le preocupa es la salud de la princesa Irene que poco a poco se va apagando», nos cuentan personas de su entorno que la tratan a menudo y que aseguran que no es una mujer infeliz y menos aún que esté sola encerrada en su palacio.
Unida a sus hijos y hermana
Además de la compañía de los nietos y siempre que Don Felipe tiene huecos libres en su agenda, almuerza con su madre. Y los domingos si el Rey se encuentra en el recinto de la Zarzuela ambos acuden con parte del personal a la misa que celebra el que fue capellán oficial don Serafín Sedano desde 2007 hasta su jubilación. Él mismo me contaba que cada vez eran menos las personas que asisten a la liturgia en la capilla pero que Doña Sofía nunca faltaba y a veces también la acompañaba la Infanta Elena y, como ya hemos dicho, Felipe VI cuando su trabajo institucional se lo permite.
La soledad de la que se habla que vive la reina no es tal. Para empezar, la primogénita Borbón Grecia suele acudir casi todos los días. Tiene sus caballos en las cuadras que hay en el recinto de la Zarzuela y una vez que ha terminado el entrenamiento y al no tener horario fijo en la fundación Mapfre pasa un rato con su madre. Y lo mismo sucede con la Infanta Cristina. Aunque vive en Ginebra pasa tiempo en Barcelona donde vive su hijo Pablo y en Madrid para estar con Irene, cuando la joven se encuentra en la capital, y por supuesto, con su madre.
No hay tristeza en la vida de Doña Sofía. Tiene su propia agenda privada que comparte con la familia directa que no solo son sus hijos, sino también parientes como Margarita Gómez Acebo o Teresa Borbón Dos Sicilias. Se las ha visto almorzando en un restaurante de Chamberí. Y hace una semana en su viaje a Valencia para visitar la sede del Banco de Alimentos, en la Pobla de Vallbona, comió en el Coso del Mar.
La relación con Felipe VI es muy estrecha. Uno de los últimos detalles de don Felipe ha sido conceder el Toisón de Oro por su entrega y dedicación al servicio de España. Y no hay que olvidar el homenaje que recibió en las Cortes el día de la proclamación del Rey como jefe del Estado. Esa mañana, mirando al palco donde se encontraba le dirigió unas cariñosas palabras. Un discurso que fue interrumpido por aplausos que superaron los tres minutos. Ella está volcada en la fundación que lleva su nombre y muy involucrada con el Alzheimer, el Banco de Alimentos, además de sus viajes oficiales al formar parte de la Familia Real. Una vida plena y querida por todos.