Rumores
La falsa ruina de Encarnita Polo: vive una dulce jubilación
En exclusiva para LA RAZÓN, los íntimos de la artista desmienten tajantemente las últimas publicaciones sobre su estado
La familia y los íntimos amigos de Encarnita Polo desmienten tajantemente que, tal y como se ha publicado hace unos días, la artista esté arruinada. Bien es verdad que, a sus 85 años recién cumplidos (los celebró el pasado lunes, 22 de enero), vive retirada en Ávila y no quiere saber nada del mundo del espectáculo, con lo que sus ingresos han mermado notablemente. Pero, según nos cuenta su incondicional Antonio Albella, «ha elegido llevar una vida muy tranquila, tiene una pensión de unos 900 euros y reside en casa de su hija Raquel en un amplio chalet de una urbanización abulense. Desmiento rotundamente que esté arruinada, y también que haya vendido todas sus joyas. Hablamos hace una semana y estaba muy animada. En ningún momento me ha dicho que tenga problemas económicos. Además, tanto su hija como su yerno están muy bien situados económicamente y a Encarnita no le falta de nada. Ocupa una parte del chalet, que es como un pequeño apartamento habilitado para su comodidad, con su baño, dormitorio y salón independientes».
Como decimos, la que fuera la musa del flamenco pop ha elegido un tipo de vida alejada de las fiestas y la asistencia a los actos sociales de antaño. La cantante que popularizó temas como «Pepa Bandera» o el «Paco, Paco, Paco» pasó de nuevo por el quirófano hace pocos meses a consecuencia del cáncer de pecho que le diagnosticaron antes de la pandemia de la Covid-19. Una intervención nada grave, pero necesaria.
Ahora, nos cuenta Albella, «goza de buena salud, con los achaques de la edad, pero nada más. Tenga en cuenta que acaba de cumplir 85 años, pero está muy bien cuidada por los suyos».
El prestigioso pintor Antonio Montiel es otro de sus íntimos y también nos desmiente que «Encarnita esté en la ruina. Eso es una falsedad, no entiendo que se inventen esas cosas. Todas las semanas mantenemos largas charlas por teléfono, he ido a verla a Ávila, y sé que también la visitan otros amigos. Me contó que le gusta seguir yendo al bingo, a pasear por los alrededores de la urbanización, que ve mucho la televisión y que echa de menos la vida que llevaba en Madrid, pero que es consciente de que a ciertas edades hay que tomarse la vida con más calma. Tiene una cuidadora que la acompaña a todas partes. Vamos, de ruina, nada de nada».
Sí es cierto, tal y como se ha publicado que ya no viven con ella sus dos gatos. Montiel añade que «ahora los tiene una buena amiga de Raquel. Cuando su madre fue a vivir con ella se encontraron con que en la casa ya tenían dos perros y optaron por dejarle los felinos a esa amiga».
Igualmente, estamos en disposición de aclarar que Encarna no es, como se dijo, la que recibe los derechos de autor de los temas compuestos por su exmarido, el fallecido Adolfo Waitzman, sino que son su hija Raquel y otra hija de una anterior relación del compositor argentino las herederas de esos derechos. Hay que recordar que Waitzman fue el autor de sintonías tan famosas como la banda sonora del concurso «Un, dos, tres» o las de películas del talante de «La gran familia», «Atraco a las tres», «Los chicos con las chicas» y «Las cuatro bodas de Marisol».
La última vez que la entrevisté para LA RAZÓN, me confesó que «en algunos momentos de mi vida empeñé algunas de mis joyas en el Monte de Piedad, pero siempre las iba recuperando cuando andaba mejor de dinero. Ahora vivo gracias a mi pensión de 900 euros y algunos ahorrillos. Me despedí de Madrid y me vine a Ávila porque la vida es más barata, y para estar más cerca de mi hija que se instaló en esta ciudad hace años».
María G. vive en la misma urbanización que Encarnita y cuenta que «muchas mañanas la veo pasear, apoyada en un bastón y acompañada por una señora que supongo que es su cuidadora. Es una mujer muy simpática y siempre te saluda. Sabemos que fue una cantante muy popular y querida, una persona entrañable».
Las tres veces que la vida sí le hizo tropezar
Hay dos episodios de la vida de Encarnita que sí pueden calificarse «ruina». El primero, cuando se separó de Adolfo Waitzman y este vendió el piso propiedad de su mujer con engaños. La cantante fue desahuciada y perdió la propiedad.
El segundo, cuando se esfumaron sus ahorros, unos setenta mil euros, por culpa del escándalo de las preferentes de Bankia. Ambas situaciones la dejaron muy tocada y vivió momentos de profunda depresión. A base de fortaleza y trabajo, consiguió rehacer su vida.
Hay un tercer episodio negativo en su existencia. En 2021 le diagnosticaron un cáncer de pecho del que consiguió recuperarse. En aquella entrevista concedida a este periódico, calificó tan dramática tesitura como «una enfermedad muy traicionera, como ciertos novios o maridos. Se queda ahí, y de buenas a primeras sale por otro lado». De momento, está bien.
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