Lío millonario
El fundador de Dreamsworks, en apuros por divorciarse del scort a quien conoció en una app de citas
David Geffen ya se ha divorciado, pero su fortuna está en juego. A quien pagó por sexo y con el que se casó después, amenaza su gran fortuna

El nombre de David Geffen se asocia a uno de los gigantes del entretenimiento y la animación. Es el fundador de DreamWorks, además de haber sido el encargado de otras proezas, como editar el último disco de John Lennon o gran parte de la discografía de Cher. También se esconde detrás de otros éxitos en la cartelera, como ‘Bitelchús’ o ‘Entrevista con el vampiro’ o el musical ‘Cats’. Aun así, pese a su fructífera carrera y su buen hacer en el mundo de los negocios y los espectáculos, su nombre ahora copa titulares por su fracaso matrimonial.
No tanto por el hecho de no haber podido cumplir la promesa que hizo en el altar a su jovencísimo marido, cuando le prometió amor eterno. Sino más bien por los términos de su divorcio, en los cuales de sitúa como el gran perdedor. Y es que su fortuna, estimada por ‘Forbes’ por encima de los 7,8 millones de euros, está en peligro cuando negocia las cláusulas para disolver su unión con el que fuese su entrenador personal, David Armstrong. A pesar de ser uno de los hombres más ricos del mundo, no ha sabido proteger su imperio frente al amor.

El divorcio millonario de David Geffen
David Geffen, que vivió una historia de amor con Cher, ahora sentía mayor predilección por los chicos jóvenes. Al menos sí por su entrenador personal, David Armstrong, quien en 2023 se convirtió en su marido, después de un breve romance. No les importó la diferencia de edad, teniendo el magnate 80 años y su amado 30 recién cumplidos. Tan solo cuatro personas acudieron a su boda y lo hicieron en calidad de testigos. Ellos certificaron su amor, además del nombre del novio, pues se lo ha cambiado en varias ocasiones, usando a día de hoy el de Donovan Michaels.
Aunque ahora pareciese sospechoso todo, antes nadie le advirtió de que su matrimonio sorpresa pudiese salirle mal. No tanto en el hecho de que su corazón pudiese terminar roto por el desamor, sino más bien por el roto que provocaría en sus finanzas. Y así parece que está sucediendo para sorpresa ya de nadie, cuando en febrero pusieron punto y final a su romance e iniciaron el proceso de divorcio. Decía tener “diferencias irreconciliables”, aunque no hacían alusión a los 50 años que los separa. Pero, a la vez, el joven demandó a su exmarido por incumplimiento de contrato, pues le habían prometido ser mantenido de por vida.

Algo que ha supuesto una maniobra maestra para el entrenador personal. Desde el pasado 24 de noviembre su matrimonio se ha disuelto y han recuperado su soltería. Pero no lo celebran de igual forma. Al no haber un acuerdo prematrimonial que fijase los términos de su separación, el fundador de Dreamworks podría tener que mantener a su ex de por vida. Algo que le llevará primero a enfrentarse a él delante de un juez, que tomará la decisión que considere más justa. Pero para ello debe analizar la situación a fondo, lo que está desvelando oscuros detalles. Como que Geffen echó de casa a su marido y le cortó el grifo, dejándole sin opciones y desarrollando lo que explica como una “oscura dinámica de poder” en su contra.
Donovan se siente “explotado por un millonario que se esconde detrás de una fachada de filantropía”, a quien le había entregado “su cuerpo, su amor, su trabajo y su juventud”. Ahora bien, no lo hacía de manera desinteresada o a cambio del mismo amor, pues él esperaba más. Al menos, lo que le prometían. Se conocieron por una app de citas en la que millonarios consiguen a jóvenes dispuestos a cumplir sus fantasías. A través de Seeking Arregements buscó un ‘sugar daddy’ y tuvo suerte, recibiendo 10.000 dólares por un primer encuentro sexual con David Geffen. “Con el tiempo, lo que empezó como una relación pagada, se convirtió en una relación tipo ‘Marvin’. Deffen le dijo a Michaels que le quería y se comportaba como parejas para toda la vida, compartían todos sus bienes por igual”, se lee en la demanda. Pide que siga siendo así “de por vida”, como se le prometió el primer día.