Isabel Preysler y sus hijos, grandes ausentes en la íntima y solitaria incineración de Beatriz Arrastia

Totalmente devastada, Isabel Preysler se despedía este domingo de su madre, Beatriz Arrastia, que, muy delicada de salud en los últimos meses, fallecía en la casa de la socialité en la madrileña urbanización de Puerta de Hierro a los 98 años. Acompañada tan solo por su pareja, Mario Vargas Llosa, por sus hijos Tamara Falcó y Enrique Iglesias, y por algunas de sus amistades más cercanas, la ‘Reina de corazones’ daba el último adiós a su progenitora - con quien tenía una relación de lo más especial - en la intimidad de su hogar, como a la filipina le hubiese gustado.

Una ceremonia sencilla oficiada por el padre Ángel con la que, tras velar el cuerpo durante unas horas, despedían para siempre a Beatriz, conocida cariñosamente como ‘Beba’, como la llamaban sus nietos. Este lunes, un coche fúnebre recogía los restos mortales de la madre de Isabel Preysler en su casa y ponía rumbo al madrileño Tanatorio de Fuenlabrada, donde ha sido incinerada en la más estricta intimidad.

A pesar de que se apuntó a que Ana Boyer - en Nueva York con Fernando Verdasco y sus dos hijos en el momento del fallecimiento - Julio José y Chabeli Iglesias viajarían a España de urgencia para despedir a su querida abuela, finalmente tan solo Enrique Iglesias - que vino en su jet privado y estuvo tan solo unas horas en Madrid - y Tamara Falcó pudieron acompañar a su madre en estos complicados momentos.

Devastada, Isabel Preysler ha preferido no abandonar su domicilio para estar presente en la incineración de los restos mortales de su madre, cuyas cenizas todavía se desconoce dónde reposarán. Como muestra de apoyo, numerosos ramos de flores han llegado durante toda la mañana a la casa de la socialité que, por el momento, no se ha dejado ver tras la dolorosa pérdida de Beatriz.