Carlos Alcaraz es el joven del momento. El murciano, con tan solo 19 años, está en el número 8 del ránking mundial de tenis y tiene una proyección imparable. El palmareño ha derrotado a su ídolo, Rafa Nadal, en el Mutua Madrid Open de Madrid y ayer tumbó a Djokovic, en un partido de más de 3 horas que reunió a multitud de estrellas y celebridades de diferentes ámbitos nacional e internacional. Nadie quiso perderse ayer el partido de Alcaraz.

Durante estos días, el joven murciano ha reunido a gente de la jet set e incluso de la realeza. El día que jugó contra Nadal, ni el Rey Felipe VI quiso perderse el evento. Ayer, aunque no fue el monarca, si estuvieron personas de la talla de Anne Igartiburu o Álvaro Morte, el actor internacionalmente conocido de ‘La casa de papel’ por su papel como profesor. También pudimos ver en la grada el presentador Pablo Motos y todos sus compañeros de ‘El hormiguero’, Marron, Juan Ibáñez y Jorge Ventosa. Más allá del mundo de la televisión, también fueron otras estrellas del deporte como Courtois y su pareja, la modelo Mishel Gerzig. Feliciano López tampoco quiso perderse el partido histórico, acompañado por su mujer Sandra Gago. Incluso Isabel Díaz Ayuso asistió al evento.

Carlos Alcaraz levanta pasiones y se ha convertido en todo un ídolo, más allá del mundo del tenis. El joven se ha ganado a todo el mundo por su forma de ser y su carisma. A pesar de ser uno de los mejores tenistas del mundo, tan solo tiene 19 años y sigue siendo aún un niño. Pero aunque sea muy joven, demuestra tener los pies en la tierra. “A mí todavía nos quedan ocho jugadores por delante para ser el mejor del mundo”, decía tras derrotar a Djokovic y a Nadal.

El joven nació en una pequeña localidad de la Región de Murcia, El Palmar, y su padre fue su primer entrenador. La pasión por el tenis lo lleva en la genética y, aunque a día de hoy se haya convertido en una estrella, sus mayores fans son sus abuelos, quienes han seguido con gran entusiasmo toda su carrera en el mundo del deporte y no pueden evitar emocionarse, orgullosos, cada vez que hablan de su nieto.