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Alejandra Onieva y Jon Kortajarena, una amistad "sin intereses" en la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
La actriz y el modelo se sinceran en LA RAZÓN sobre su amistad
Tamara Falcó e Íñigo Onieva por fin son marido y mujer. La pareja se casó el pasado 8 de julio en el palacio de El Rincón, ante la mirada de 400 invitados que no quisieron perderse el gran día. Entre ellos se encontraba Jon Kortajarena, que acudió en calidad de acompañante de Alejandra Onieva, la hermana del novio y una de sus mejores amigas, tal y como ellos mismos revelaron a LA RAZÓN.
Se conocieron en 2019, durante el rodaje de la serie ‘Alta mar’. A lo largo de tres temporadas, de 22 episodios cada una, Jon Kortajarena y Alejandra Onieva compartieron muchas horas de plató, camerino y comedor, que terminaron uniéndoles más allá de la ficción. Y eso que los dos se reconocen algo restrictivos en lo que a sus amistades se refiere. “Para contar los amigos de verdad, bastan los dedos de las manos. Me da igual si son cinco o diez, pero, desde luego, son pocos, en comparación con toda la gente que conocemos”, explica el modelo a LA RAZÓN, mientras su íntima asiente con la cabeza.
De entre todas las cualidades del bilbaíno, Alejandra Onieva tiene claro qué es lo que más valora de él: “La lealtad, saber que yo le digo algo y que estoy segura, que no va a ir diciéndolo por ahí”. Por su parte, Jon Kortajera aprecia en una relación de amistad “que no haya intereses”, aunque también considera importante “conectar con la otra persona, que tenga una perspectiva de la vida parecida a la tuya. Alguien puede caerte muy bien, pero para mantener una relación, tiene que haber algo más…”.
Además, los dos coinciden en que un amigo de verdad siempre ha de cuidar del otro, primando incluso sus intereses a los propios. “Yo velo mucho por Jon, para que esté bien. Es ese tipo de amistad que quieres lo mejor para el otro, como diciendo: ‘ten cuidado con esto’, o ‘mejor no digas esto’. Velar por el otro es muy importante”, reconoce Alejandra Onieva. La actriz no se olvida tampoco del humor, un elemento fundamental en cualquier tipo de relación. “Nosotros nos reímos tanto, mucho… Cuando a veces coincidimos por trabajo, es verdad que no deja de ser trabajo, pero se hace más divertido y en esa parte salimos ganando”.
Precisamente risas es lo que no han faltado en sus reuniones, ya tengan lugar en las fiestas más exclusivas o en los salones de sus respectivas casas. A lo largo de sus tres años de amistad, han protagonizado historias, anécdotas y batallitas que permanecerán grabadas en sus memorias para siempre. Algunas no se pueden contar. Otras, sí. “Pues mira, hoy, por ejemplo, mientras que yo estaba tranquilamente arreglándome en la habitación del hotel, Jon ha bajado a la recepción a por un taladro. Me he quedado… Digo: ‘¿un taladro? ¿para qué?’. Entonces, veo que el pobre señor del hotel ha llegado con el taladro en la mano para hacerle a Jon un agujero en el cinturón”, cuenta Alejandra Onieva entre carcajada y carcajada. “Es que los pantalones me quedaban grandes…”, se excusa él, esbozando una sonrisa que enamoraría a medio mundo. “Pues cosas así, siempre. Me podría poner a contar y no pararía”. Pues que cuente, que cuente…
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