Fernando Alonso, la reinvención del asturiano eterno

El pasado 1 de agosto, Fernando Alonso copaba los titulares de los diarios al anunciar por sorpresa su abandono del equipo Alpine. Alonso dejaba en la estacada al equipo francés para firmar por la escudería Aston Martin, sin previo aviso, y cuando la escudería francesa daba por hecha su renovación. Tres días antes el asturiano había soplado las 41 velas de la tarta decidido a asumir un nuevo reto en su vida. Un cambio de aires con una idea fija en su cabeza: volver a ganar. Un salto mortal para algunos, que el piloto español, sin embargo, contempla como una oportunidad de volver a construir un coche ganador, después de varios años en los que su paso por Alpine no ha respondido a las expectativas. «Mi objetivo antes de retirarme es volver a ganar», aseguraba Alonso tras el anuncio. El piloto asturiano asume el riesgo con los deberes hechos. Es respetado y admirado, a partes iguales, por sus compañeros de paddock, y tiene la vida resuelta en lo económico. No en vano el piloto español es uno de los tres mejores pagados del circuito, tras Lewis Hamilton y Max Verstappen. Fernando es el tercer mejor pagado de la Fórmula 1, con un salario en Alpine de 16,82 millones de euros, por delante de pilotos como Vettel, Leclerc y hasta de Carlos Sainz

Kimoa, ropa sufera en números rojos

Fruto de ello, el español goza de una economía saneada que el piloto invierte en diferentes campos. Alonso puso en marcha en 2017 Kimoa, una firma textil de estilo urbano, que el propio Alonso se ha encargado de promocionar en cada una de sus apariciones públicas, con camisetas, gorras o gafas de sol de la marca. Para ello creó la empresa Quimoalar SL, junto a su socio internacional, la empresa Kimoa Internacional Llc. Tras unos inicios difíciles en los que la sociedad acumuló pérdidas cuatro años seguidos (650.000 euros de déficit en 2020), Alonso decidía poner tierra de por medio en la sociedad, vendiendo su parte de la empresa y quedándose con el 25 por ciento de la empresa a modo testimonial. A cambio el asturiano permanecía como embajador de la marca. El piloto español abandonaba la empresa dejando tras de sí un patrimonio neto negativo de tres millones de euros y un pasivo a largo plazo de 7,4 millones.

Fan del «gaming»

En los últimos tiempos Alonso también ha probado suerte en el mundo de los videojuegos. Para ello, en marzo de 2018, constituía Radillon E-Sports SL, una sociedad dedicada a la «creación, gestión y explotación de videojuegos para su participación en todo tipo de plataformas de (…) internet, salas y locales». La sociedad perteneciente a la matriz, Radillon Investment SL, es controlada por el piloto a través de su manager, Luis García Abad, que figura como administrador único en la misma. Con su inversión en el mundo de los videojuegos online, Alonso se ha convertido en el primer piloto de Fórmula 1 que ha puesto en marcha su propio equipo, el FA Racing Logitech G. No es su única incursión en el mundo de la realidad virtual. En 2019 también firmó su entrada en la compañía Motorsport Games, donde ocupa un puesto en el consejo de administración de la división de deportes, electrónica y videojuegos de la poderosa Motorsport Network.

Relacionado con su carrera como piloto Alonso posee la Fundación Museo y Circuito Fernando Alonso. El complejo, de 95.000 metros cuadrados, alberga el museo en honor del piloto asturiano y un karting. La sociedad, localizada en Llanera, aparece ligada al padre del piloto, José Luis Alonso, que figura como presidente de la misma. Creada hace 15 años, por tratarse de una fundación, la empresa no está obligada a rendir cuentas, por lo que poco se sabe de su tesorería. Pagada en parte con los 10 millones que invirtió en ella el Principado de Asturias, el piloto ejerce el control de la misma gracias a la cesión de derechos que hizo en su día el Principado. En virtud del acuerdo, la empresa tiene unas cuentas más que saneadas, en parte gracias a las subvenciones que recibe de parte del gobierno autonómico. El éxito del circuito, diseñado por el propio Fernando, atrajo hace unos años el interés del mercado chino, donde Alonso dio el «pelotazo», al firmar un acuerdo con Tencent y Shanghai Yi Qian Communication para exportar su karting en 40 ciudades chinas. Además, el asturiano firmaba la creación de cinco escuelas de formación repartidas en diferentes puntos del país.

Más allá del deporte, Fernando Alonso se ha hecho un hueco en el mundo de las inversiones y los negocios y ha empleado el dinero que ha ido a ganando a lo largo de los años en multitud de empresas de diferentes sectores.

Bebidas isotónicas

Dentro de su abanico de negocios, Alonso ha invertido parte de su capital en un mercado al alza, el negocio de las bebidas isotónicas, más concretamente en la empresa Raw Superdrink SL. Radicada en Villaviciosa, Asturias. En Raw Superdrink, como en la práctica totalidad de sus empresas, Alonso figura como accionista dejando los cargos operativos a sus socios, en este caso a Rubén González González, que figura como administrador único de la sociedad. Aunque su trayectoria es ascendente, la empresa aún pelea por hacerse un hueco en un mercado muy atomizado como es el de las bebidas. Pese a las sucesivas inyecciones de dinero del asturiano y sus socios, lo cierto es que la empresa no termina de arrancar. Su facturación fue de 400.000 euros, aunque acumulando pérdidas.