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Fuera de riesgo

Así actúa la cobra escupidora cuyo veneno pudo dejar ciego a Frank Cuesta

Cuando se muestra irritada tiene la capacidad de proyectar su veneno desde una distancia de hasta dos metros con gran precisión. Lo hace como medida disuasoria

Última hora del estado de salud de Frank Cuesta tras ser atacado por una cobra: "Una persona normal estaría muerta" EUROPAPRESS

Paloma Ramón, pareja de Frank Cuesta, publicó ayer un vídeo en sus redes sociales con el parte médico del naturalista después de ser hospitalizado por el ataque de una cobra escupidora. "Al haber pasado 24 horas del envenenamiento, ya no hay peligro dentro del sistema central. Nos han dado varios productos para los ojos y ya está en casa. Tendrá que ir a hacer curas varios días".

Esta serpiente, de color marrón y negro con manchas blancas, se puede encontrar en el sudeste asiático, en países como Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam. Es de hábitos principalmente nocturnos y comportamiento muy agresivo. Se alimenta de roedores, aves y pequeños reptiles. Cuando se muestra irritada tiene la capacidad de proyectar su veneno desde una distancia de hasta dos metros con gran precisión. Lo hace como medida disuasoria.

Inflamación y ceguera

Al contrario que otras especies de cobras, cuyo veneno es neurotóxico, el de las cobras escupidoras es citotóxico y puede causar ceguera. Según la investigación internacional, en la que ha participado el Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV), la evolución de su comportamiento ha influido en la composición del veneno de las cobras escupidoras del género Naja, que habitan en África y Asia.

Los análisis mostraron que los tres grupos diferentes de cobras escupidoras habían aumentado de forma independiente la producción de toxinas PLA2 o fosfolipasas, un tipo de enzima presente en el veneno de las serpientes, en arañas y otros insectos, y que tiene efectos tóxicos en mamíferos. La abundancia de estas toxinas mejora las capacidades defensivas del doloroso veneno que escupe al agresor, provocando inflamación e incluso ceguera.

También su cuerpo se ha adaptado para perfeccionar esta capacidad, de manera que estas cobras pueden elevar el tercio frontal de su cuerpo, lo que les proporciona una postura ideal para escupir veneno defensivamente en los ojos con gran precisión. De acuerdo con esta investigación, publicada en "Science", no hay dos especies de serpientes que tengan un veneno igual. Por eso, tampoco hay un antídoto universal. Cada año se producen entre 1,8 y 2,7 millones de casos de envenenamiento provocado por serpientes, según la Organización Mundial de la Salud. Esto supone entre 81.410 y 137.880 muertes, y, aproximadamente, el triple de amputaciones y otras discapacidades permanentes.

Estable y fuera de peligro

Afortunadamente, Frank Cuesta, que llevaba días ausente de redes sociales tras anunciar el cierre de su canal de YouTube, afectado anímicamente por las polémicas de los últimos meses, está fuera de peligro. "Está bien dentro de lo que cabe. Ahora mismo está estable, fuera de riesgo. Ya le han subido a planta y calculamos que en una semanita dos estará ya en condiciones".

Los doctores están alucinado con la resistencia que tiene Frank al veneno", confirma Paloma en sus redes.