Sin ellos está "perdida"
Desvelamos la identidad de las personas en las que más confía Isabel Preysler
Al margen de su familia y sus amigas, Isabel Preysler tiene muy cerca a siete personas muy especiales en su vida. Confía plenamente en ellas y prácticamente las ve cada día
Todas forman parte de un equipo perfectamente organizado para hacer frente a las necesidades de la “reina de corazones”.
Elías, el más joven del grupo, es el mayordomo, quien, a pesar de llevar poco tiempo al servicio de su jefa, se ha integrado perfectamente en el engranaje y realiza con profesionalidad sus funciones.
Su excelente forma física se la debe a Blas, su entrenador personal, con el que a diario realiza sus ejercicios en su propia casa. Es una alumna obediente aunque a veces, según confiesa, le cuesta lo suyo hacer los deberes que le impone su entrenador.
Al anterior, y en consonancia, se une Chus, la profesora de yoga, una disciplina que es inseparable de la mediática alumna. Si Blas cuida el aspecto físico, Chus lo hace con el espiritual, en una armonía que funciona a la perfección.
Ramona lleva años con su jefa, es la encargada de que el chalet se mantenga limpio y de servir todas las mañanas el curioso desayuno de la duela de la casa, compuesto de agua de Jamaica, kiwi, pomelo y semillas de lino.
La agenda de Isabel la lleva su secretaria particular, Alicia, que coordina las funciones del resto del personal y se encarga de las citas, gestiones de todo tipo y tareas diarias.
En la parcela de los estilismos, Cristina es pieza imprescindible a la hora de la asistencia de la socialite a actos sociales. Ella es quien la aconseja el vestuario a lucir en cada aparición pública. La sinfonía entre ambas es absoluta.
Finalmente, tenemos a Rafael, el chofer, que lleva a todas partes a Isabel, se encarga de hacer los recados y echa una manos al mayordomo.
La misma Isabel ha confesado que sin la ayuda de todos ellos se sentiría “perdida”, y que le ayudan a llevar una vida mucho más confortable y tranquila.