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El doloroso percance de Víctor Janeiro durante sus vacaciones con Beatriz Trapote: "Se ha arrancado medio dedo"
El hermano de Jesulín de Ubrique ha sufrido un pequeño accidente que preocupa a su mujer, quien le recomienda que visite un médico
El mes de julio está a punto de empezar y con él las vacaciones de millones de españoles. Sin embargo, los más afortunados ya han podido disfrutar de unos días de asueto con la familia, incluidos los más pequeños que ya han terminado las clases hasta el próximo curso. Así lo han hecho Beatriz Trapote y Víctor Janeiro, que se han marchado junto a sus tres hijos a Grazalema, un pequeño pueblo de Cádiz que se levanta en pleno sistema montañoso de la Serranía de Ronda.
En este enclave natural se encuentra el Hotel Fuerte Grazalema, un complejo rural de cuatro estrellas que cuenta con todas las prestaciones, incluida una enorme piscina con vistas a la sierra.
En definitiva, un lugar mágico que ha hecho las delicias de la familia Janeiro-Trapote, aunque un pequeño percance que por fortuna no ha ido a más casi arruina esta escapada. Al parecer, el hermano de Jesulín de Ubrique sufrió un incidente que le ha provocado una desagradable y molesta herida en su dedo anular izquierdo, una lesión a la que él parece restar importancia pero que ha preocupado a su esposa.
"Os voy a contar la historia del medio dedo de Víctor Janeiro. Esto pasó el domingo. Me quedé en shock, mi marido se ha arrancado medio dedo", comienza diciendo Beatriz Trapote mientras muestra la herida, que no tiene un buen aspecto y en la que se aprecia cierta profundidad.
"En vez de ir al médico, me lo pegué", comenta Víctor Janeiro, quitando hierro al asunto, una tranquilidad que escandaliza a su mujer: "Es horrible. O sea que cogiste el trozo de carne y te la dejaste ahí pegada, pensando que se iba a regenerar… Yo me muero. Víctor, yo te digo que esto es para ir al médico y que te ponga unos puntos”.
Ante la negativa de Víctor Janeiro, Beatriz Trapote insiste y le recuerda que "llevas tres días así y no para de sangrar, esto es para ir al médico", aunque teniendo en cuenta que después han seguido compartiendo contenido en sus redes sociales, parece que la herida no ha ido a peor.
La familia lo ha pasado en grande en el pequeño pueblo gaditano, donde han podido descubrir rincones históricos como una antigua fábrica textil que alberga su propio museo o la plaza de la zona. Tampoco se han resistido a probar la rica gastronomía local, de la que destacan sus quesos artesanos de cabra payoya y oveja merina.
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