
Biografía
Donald Sutherland dejó un manuscrito final. Su familia quiere que siga siendo secreto
Si hay un tabú definitivo en Hollywood no es el sexo, ni la droga: es la verdad contada con nombres y apellidos

Donald Sutherland murió en junio de 2024, a los 88. Pero dejó lo único que de verdad aterra a Hollywood: un texto sin posibilidad de corrección de imagen. "Made Up, But Still True", sus memorias escritas a mano de viejo actor que ya no debía nada a nadie.
Penguin Random House pagó 1,25 millones. Anticipo: 400.000 dólares. Fecha de publicación prevista: noviembre pasado. Se anunciaba como una bomba nuclear: "cruda honestidad", "totalmente impredecible", un catálogo lúcido y desvergonzado de los amores, los casi-asesinatos del destino (tuvo muchos roces con la muerte, literalmente), su relación con sus padres, y los detrás de cámara que fabricaron la mitología del cine moderno.
Y entonces: la familia dijo no. Bloqueó el manuscrito. No les parece que ese libro -ese libro escrito al límite de sus días- deba ver la luz. La editorial ha ido ahora al Supremo de Manhattan para reclamarlo.
Demasiado explícito
¿Por qué? Kiefer Sutherland no ha dicho una sola palabra. Pero fuentes del entorno han filtrado lo que muchos temían: Donald fue demasiado Donald. Demasiado explícito. Demasiado libre. Habló de sexo, de aventuras, de amor y de desamor con la misma naturalidad con la que entraba en un set. Y sí: habría nombres reconocibles.

Hollywood ha sobrevivido al MeToo, a los 80, a su propia decadencia cultural, a la política, a la huelga de guionistas, a su crisis existencial de audiencias: lo único que no tolera es que falle la regla sagrada del sistema: lo que pasa entre bambalinas, se queda entre bambalinas.
Y quizá Donald -que cruzó el cine como categoría moral y no solo como oficio- se saltó esa frontera.
La pregunta ahora es literaria, pero también política: ¿de quién es la verdad de un hombre cuando ese hombre muere? ¿Del autor? ¿De los herederos? ¿Del contrato editorial?
La última historia de Donald Sutherland quizá sea esta: su biografía convertida en secreto de Estado. Uno que solo un juez decidirá si es publicable.
Y Hollywood, que jamás muestra emoción real, espera. Porque sabe que en este manuscrito está el tipo de verdad que puede romper amistades, narrativas… y reputaciones.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


