
Entrevista
Hablamos con Valeria Mazza, el icono latino de una época en la que "la moda estaba de moda"
La argentina, que ejerció como jurado del premio Mercedes-Benz Fashion Talent, se erigió como la primera mujer hispana en alcanzar la fama mundial gracias a su trabajo sobre las pasarelas

E l nombre de Valeria Mazza (53) está bordado a mano en la historia de las pasarelas de alta costura. La modelo argentina formó parte del selecto club de top models de los 90 elevadas hoy a la categoría de iconos. De Naomi Campbell a Kate Moss o Cindy Crawford, el eco de sus pasos sobre las tarimas de Nueva York, París o Milán todavía retumba en un momento en que los principales agentes de la industria echan la vista atrás en busca de referentes potentes, aburridos ya del insípido catálogo contemporáneo. «Es que en los 90, la moda estaba de moda. Fue una época muy especial en la que las modelos salieron de las pasarelas y empezaron a ocupar otros lugares en los que hasta entonces no habían estado: el cine o los vídeos de música –fue en ese momento cuando aparecieron los canales de música–, y entonces se asociaba a las modelos a otros ámbitos más allá de la moda. Fue un momento en el que estuvo muy de moda. Después, se fue polarizando y cambiando, porque la moda es evolución», cuenta Mazza a LA RAZÓN, testigo directo de aquella etapa en la que ella y sus compañeras dominaban la escena social de medio mundo.

Aunque alejada de las pasarelas, la maniquí nunca se ha desligado de la moda. De hecho, acaba de pasar por España para ejercer como jurado del premio Mercedes-Benz Fashion Talent en el marco de la pasada Semana de la Moda de Madrid, una oportunidad que ha supuesto para ella «un gran honor, puesto que se trata de un premio muy importante en la industria, porque apoya a los nuevos talentos y permite seguir haciendo crecer la moda española». El galardón recayó sobre el joven diseñador Guillermo Décimo y su nueva colección, In Tempo, e independientemente del resultado final, lo que Mazza más valora es que la línea tenga «una idea y un concepto claro».

Valeria habla de moda como un galerista de arte o un neurocirujano del cerebro, con la seguridad y el conocimiento que le han otorgado sus años de carrera, y eso que su camino como modelo comenzó como suelen empezar otras grandes historias, sin buscarlo ni esperarlo. «No era que yo deseara ser modelo, que de chica le cogiera prestada la ropa a mi mamá o me parara en frente al espejo… Esa no fue mi historia. Me dijeron que tenía que ser modelo, confié en la gente que me lo decía y así empecé a viajar y a probar. Me di cuenta de que realmente podía vivir de esto, y me empecé a apasionar por la moda. Fui conociendo este mundo a la vez que fui creciendo y conociéndome a mí como mujer», dice sobre sus primeros años sobre las pasarelas, de los que recuerda «con mucha nostalgia» la ilusión de una novata recién llegada al mundo de los focos: «Para mí, todo era una sorpresa».
Una corona que no pesa
Armani, Valentino, Versace, Dolce & Gabbana, Karl Lagerfeld,Thierry Mugler, Max Mara, Ralph Lauren o Carolina Herrera son solo algunos de los gigantes con los que ha trabajado, erigiéndose como la primera mujer latina en convertirse en supermodelo internacional. Una corona que no pesa «porque nunca sentí que la tuviera», dice con una modestia que le ha permitido mantener a raya la presión por las expectativas: «Trato de ser lo más auténtica posible y de respetarme, respetar mis valores y de hacerme respetar, y vivo tranquila. Eso sí –matiza–, siempre me tomé con mucha responsabilidad mi trabajo. Siempre sentí que había gente, y sobre todo muchas jóvenes, que me están mirando y escuchando. Entonces, no lo viví como un peso, pero sí como una responsabilidad a la hora de elegir, por ejemplo, las marcas con quien asociarme, así como los temas de los que iba a hablar».
La suya, una vida extraordinaria que seguirá exprimiendo: «Le pido a Dios que me dé salud para seguir cumpliendo sueños».
Su familia, su mayor logro
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