Emprendedora
Ichi, la hija pizzera de Emilio Aragón que factura 40 millones
Es dueña, junto a su marido Hugo, de Grosso Napoletano y tiene la mejor receta de la conciliación
Hace unos días la familia Aragón abandonaba su habitual discreción para compartir a los cuatro vientos un momento de felicidad. Nacho Aragón, el hijo menor de Emilio Aragón y Aruca Fernández-Vega, se casaba con su novia, Bea Gimeno, en Palma de Mallorca. La pareja se daba el «sí quiero» ante más de 400 invitados posando junto al resto de la familia en un reportaje que los propios novios distribuyeron a los medios.
En el álbum familiar, además de los orgullosos padres del novio, destacaban las hijas de estos, Macarena e Iciar, Ichi como la llaman en familia. En lugar de seguir los pasos de su famoso padre, los tres vástagos han optado por la discreción. Y por el emprendimiento en mayúsculas. Es el caso de Icíar Aragón. Casada con Hugo Rodríguez de Prada, con quien está asociada, Ichi es una empresaria de éxito. Con 39 años, estudió Publicidad y Relaciones Públicas en ESIC Business & Marketing School. Completó sus estudios con un máster en Fine Arts en la Academia de Cine de Nueva York. Para ello, Ichi se mudó a la Gran Manzana junto a su novio Hugo. De aquella etapa nacieron dos cosas: una relación consolidada y el amor por la comida napolitana. A su regreso a Madrid en 2011, y tras montar Crepes and Texas SL, una empresa de comunicación que echaría el cierre en 2014, la pareja retomó la vieja idea de montar un italiano trasladando las recetas napolitanas de la Gran Manzana.
Para ello se asociaron con uno de sus antiguos clientes en Crepes and Texas, Jorge Blas. Viajaron a Italia, visitaron restaurantes napolitanos y hablaron con sus cocineros para conocer en profundidad su cocina y empaparse del negocio desde cero.
Se lanzaron a montar su primer local de Grosso Napoletano en un pequeño local de la calle Hermosilla. Los inicios fueron duros y Hugo e Icíar aún recuerdan cómo visitaban el local por la noche y veían cómo estaba vacío. Poco a poco, el boca a boca hizo que el negocio prosperara. Siete años después, su éxito se estudia en las escuelas de negocios.
En 2023 la cadena de pizzas cerró su mejor año en ventas con una facturación de 40 millones de euros tras vender más de 2 millones de pizzas y ser reconocida como la mejor cadena de pizza artesanal del mundo por el prestigioso ranking «50 Top Pizza». No era el único reconocimiento. Grosso Napoletano era premiada también como la mejor cadena de pizza artesana del mundo, la primera no italiana en conseguirlo.
Animados por la facturación millonaria, la pizzeria de los Aragón aprovechó el último ejercicio para abrir 18 locales en Vigo, La Coruña, Santiago de Compostela, Valladolid y Gijón, entre otras ciudades. Además, realizaron nuevas aperturas en lugares donde ya estaban presentes, como Madrid, Barcelona, Valencia y Murcia. Un éxito sin paliativos que hizo que la sociedad matriz que sostiene la empresa, Fruti di Mare Investment SL, aumentara el número de empleados en 200 trabajadores alcanzando una plantilla de más de 650 en 2023. Este año la empresa tiene previsto elevar sus ventas un 20 por ciento. La sociedad ha conseguido el respaldo de 15 millones de euros del Banco Santander para sufragar un ambicioso plan de expansión que terminará en 2025 con 80 restaurantes. Y planean exportar el modelo a Portugal. La pareja todavía ha tenido tiempo de conciliar la familia con otro negocio: en 2020 fundaron con Begoña San Pedro el obrador Madreamiga, en el barrio madrileño de Tetuán.
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