
Entrevista
Jaime Ostos JR: "Si Jacobo me llega a golpear unos centímetros más cerca del ojo, me habría destrozado"
El hijo del diestro fallecido aclara a LA RAZÓN cómo se encuentra tras el altercado en Madrid y qué medidas tomará

La relación entre Jaime Ostos JR y su hermano Jacobo es irrecuperable. El primogénito del torero fallecido califica al hijo de María de los Ángeles Grajal como "una persona violenta" y asegura, tajante, que "quiero verle en la cárcel". No duda en su deseo, insiste en que su hermano miente cuando dice que no le agredió y deja latente que "confío plenamente en la Justicia. Me estoy recuperando de su ataque, pero si me llega a dar el golpe unos centímetros más cerca del ojo me lo habría destrozado y habría perdido completamente la visión".
Su madre está muy preocupada…
Es natural. ¿Qué madre no se preocupa si le dicen que su hijo ha sido agredido violentamente?
Es muy triste que dos hermanos se enfrenten en un juzgado.
A ese hombre no le llamo hermano, es simplemente Jacobo. Y le repito que no pararé hasta verle encarcelado. Espero que salga pronto el juicio y que le metan en prisión, que es donde debe estar. La denuncia está muy clara, es por una fuerte agresión.

Jaime considera que ese tipo de acciones demuestran que "Jacobo es un cobarde”. Durante su intervención en "¡De Viernes!", fue muy contundente: "creo que las sustancias que consume le están matando. Toma demasiados esteroides y anabolizantes, se nota. Me da pena".
¿Qué le dicen los médicos?
Que todo es cuestión de tiempo y que me tengo que recuperar. Todavía tengo el ojo morado y la cara un poco hinchada… también me duele mucho el cuello, pero espero que la evolución no sea lenta y poco a poco vaya para mejor.
¿Ha leído el libro de memorias de su padre escrito por la doctora Grajal?
No he tenido ocasión de leerlo.
Pues tanto usted, como su hermana y su madre salen muy malparados.
De esa mujer no me extraña nada…
Ella insiste en que la amenazó de muerte cuando se encontraron en el hotel Wellington.
Y yo insisto en que es mentira. Me metí en el salón para saludar a un antiguo amigo y ella se me acercó por detrás y me pidió que me fuera de allí, y es lo que hice. No proferí amenazas, y menos de muerte, ni insultos.
También dice que fue usted a provocar, que sabía que ella se encontraba allí…
Eso es mentira. Fue una casualidad, no tenía ni idea de que María Ángeles y Jacobo estaban en ese hotel. Yo, cada vez que vengo desde mi domicilio en Estados Unidos a Madrid, suelo ir al Wellington, que es un hotel que le gustaba mucho a mi padre.
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