Retirada

«El Juli»: la dulce jubilación del niño prodigio del toreo

Cumple 41 años el martes y este fin de semana se despide de los ruedos con una nómina alta de inversiones en la recámara.

Entrevista al Torero Julián López Escobar "El Juli"
Entrevista al Torero Julián López Escobar "El Juli" Alberto R.RoldánLa Razón

La semana que viene, Julián López El Juli, se adentra en la cuarentena (cumple 41 el martes) a punto de retirarse. El diestro madrileño celebrará su cumpleaños junto a su mujer y sus tres hijos, Julián y Rosario (13) e Isabel (9), en un momento muy especial. Este domingo, 1 de octubre, se retira de las plazas de toros después de 25 años de alternativa. Será –como ha dicho él mismo– un adiós, «no una retirada». De sus palabras no se desprende tristeza, se aleja del albero después de un cuarto de siglo enfundándose el traje de luces y listo para seguir su vida dedicado por completo a su familia, esa que formó hace quince años junto a su mujer, Rosario Domecq. Cada tarde de esta temporada sabe a despedida. Tras de sí deja una carrera con la que revolucionó el mundo del toreo, en primer lugar por su precocidad, ya que batió todos los récords poniéndose delante de un toro con ocho años. Pronto su juventud dejó de ser noticia para serlo sus mimbres de torero. Con 18 era millonario e idolatrado a partes iguales por una afición rendida a sus pies.

Precoz en todo, con esa edad conoció a su futura mujer, Rosario, y a la postre madre de sus tres hijos. Su relación también fue una historia de superación. Julián tuvo que luchar a brazo partido, primero para conquistar a la joven y después para superar el recelo de sus suegros. La relación entre ambos comenzó en 2001. Para aquel entonces Rosario tenía veintidós años, y él, dieciocho. Rosario era una estudiante en Barcelona de Ciencias de la Comunicación y trabajaba en una galería de arte madrileña. La pareja tuvo que luchar para que su relación no se hiciera pública, sobre todo cuando la joven entró a trabajar en el departamento de relaciones internas de una conocida revista. Allí, una Rosario temerosa de que su relación se hiciera pública, rogó a sus compañeros que mantuvieran el secreto.

Del toro a la gasolina

A través de su marca franquicia, Explotaciones Ganaderas Feligrés SL, gestiona un vasto patrimonio que se dedica a la agricultura, la ganadería y, desde hace unos años, al negocio de las áreas de servicio. Precisamente a través de esta sociedad, gestiona otra de sus empresas, Area de Servicio El Cerecedo S.L., la gasolinera que regenta en el pueblo de Villaquilambre (León) y con la que el diestro madrileño se adentró en el lucrativo negocio de llos surtidores. No es un negocio nuevo para él. El torero invirtió en el suministro de combustible en el año 2001, con la idea de convertirla, además, en un negocio familiar. Por ello figura su madre, Manuela Escobar Mendoza, como presidenta de la compañía y su buque nodriza empresarial, Explotaciones Ganaderas El Feligrés, como presidente de la sociedad. Dedicada al «comercio al por menor de combustible para la automoción», la empresa, facturó 450.000 € en el ejercicio 2022. La gasolina es solo un negocio más, la punta de lanza del conglomerado empresarial del torero, que a través de sus empresas facturó el último año 4,1 millones de euros, una cantidad que se ha venido multiplicándo exponencialmente en los últimos años de la empresa. Para invertir estos suculentos dividendos, el diestro creó en 2000, Rodeo de Inversiones Sicav SA, un holding empresarial dedicado a la inversión de activos en el que figuraba como presidente y que el diestro decidió extinguir en 2017. La empresa que estaba radicada en la finca de El Juli en Arganda, echó el cierre con un capital declarado de 3,9 millones de euros.

Casi 15 años de amor discreto

La de Julián y Rosario es una historia de amor que podría servir para una comedia romántica, una de las pocas que sobreviven estables en el mundo del toreo que ya vivió los sonados divorcios de El Litri y de Enrique Ponce, otrora parejas idílicas y estables. Rosario es hija del ganadero y exjugador de polo Pedro Domeq y Urquijo. Su madre es Rosario Márquez, hija del conde de Paraíso, Fernando María Márquez, y de Natalia de Amilibia Periquet. Un rancio abolengo gaditano que no comparte Julián , que era hijo de un modesto novillero y que con solo ocho años se puso delante de una becerra en Toledo. Dos años después, debutó en el toledano sitio de Villamuelas, pueblo natal de su madre, Manoli. El Juli se ha integrado a la perfección en el lujo discreto que domina a esta rama de los Domecq con veraneos en Sotogrande y escapadas al extranjero sin flashes. Tampoco han exhibido a sus hijos y no quiere que sigan sus pasos profesionales. Rosario ha hecho contadas apariciones en los medios.