Problemas de salud

María Becerra habla por primera vez de su segundo aborto: "Perdí dos litros de sangre y en el cuerpo tengo tres"

La cantante argentina sobrevivió a un segundo embarazo ectópico que casi le cuesta la vida. Desde el silencio y el arte, volvió a alzar la voz con un mensaje de fortaleza, salud y supervivencia

María Becerra en los Primavera Pop 2025 en Madrid.
María Becerra en los Primavera Pop 2025 en Madrid.Gtres

A finales de abril, María Becerra, la estrella del pop urbano argentino, estuvo a un suspiro de la muerte. La artista de 25 años atravesó un segundo embarazo ectópico, una condición médica tan silenciosa como letal, en la que el embrión se implanta fuera del útero, comúnmente en una trompa de Falopio. Esta vez, como la anterior, el embarazo era inviable. Pero lo que no esperaba era que una hemorragia interna la llevara al borde del abismo, perdiendo más de dos litros de sangre y viéndose obligada a ser intubada para sobrevivir.

Durante semanas, María eligió el silencio. No hubo comunicados oficiales ni declaraciones televisadas. Su única catarsis llegó a través de una cuenta secundaria de Instagram, donde compartió un lienzo pintado por ella misma. La imagen: un útero obstruido por una puerta cerrada, una trompa solitaria, herida y sangrante, y dos mariposas flotando fuera de la anatomía. Las mariposas -símbolo de transformación y de lo efímero- representan a los dos hijos que ha perdido antes de nacer. El cuadro no necesita palabras: habla del dolor, la pérdida, el cuerpo como campo de batalla y la vida como milagro.

Trauma físico

Recién ahora, con su voz aún debilitada por la intubación y el trauma físico, María ha comenzado a reconstruirse en público. "Estoy contenta porque ya se me está rehabilitando la voz", confesó a través de sus stories. "He perdido fuerza en las cuerdas vocales, en la laringe y en la capacidad pulmonar", explicó, aunque con la esperanza intacta de volver pronto a los escenarios.

María Becerra en 'El Hormiguero'
María Becerra en 'El Hormiguero' Atresmedia

Pero su mensaje va más allá de la música. La cantante quiso convertir su experiencia en una advertencia lúcida: "Cuiden su salud porque es lo más preciado que tenemos". Y fue contundente al hablar del porqué sigue viva: "Me salvó ser una persona sana. Perdí más de la mitad de la sangre de mi cuerpo. Si hubiera estado anémica, si consumiera alcohol o drogas cada fin de semana, probablemente no lo contaba".

En su relato hay algo más poderoso que el susto: hay redención, hay autoconciencia. Y también hay una lección brutalmente simple, que no suele caber en los ritmos vertiginosos de la fama: escuchar al cuerpo, cuidarlo, honrarlo. Hoy, María no solo canta para millones, sino que también susurra una verdad esencial: la salud no es una garantía, es una construcción diaria. Y sobrevivir, a veces, se convierte en el acto más revolucionario.