Fallecimiento
Mayte García, ex de Cañizares, y la lección de vida que dejó su hijo
Ocho años después de la pérdida más devastadora, la ex del portero encuentra luz en el dolor y reivindica una manera de vivir sostenida en el amor, la conciencia y la esperanza
Mayte García no suele ocupar platós ni titulares. Pero cuando lo hace, la televisión se convierte en un espacio desde el que hablar sin filtros de aquello que marca para siempre: la muerte de un hijo. A las puertas de cumplirse ocho años del fallecimiento del pequeño Santi, la exmujer de Santiago Cañizares regresó a la pantalla para ofrecer una de las entrevistas más serenas y conmovedoras de la temporada. No para revivir la tragedia, sino para compartir la transformación que surgió de ella.
El próximo 23 de marzo será, para ambos padres, un día de memoria. Mientras Cañizares vive un momento personal luminoso tras su reciente boda -la tercera-, esa fecha sigue siendo un hito emocional inamovible. Pese a su separación, Mayte y el exguardameta han mantenido un vínculo sólido, marcado por lo irreemplazable: haber acompañado juntos a un niño que luchó durante 18 meses contra dos infartos y un destino inevitable.
En El tiempo justo, Mayte habló desde un lugar poco transitado: el de quien ha mirado el abismo y aún así escoge la vida. "Mis hijas habían perdido a un hermano; no podían perder a una madre también", recordó. Ese pensamiento, tan sencillo como devastador, fue el punto de partida de un proceso interior que definió como "una nueva vida teniendo muy presente a Santi".
Sin dramatismo
La entrevista avanzó como una conversación íntima sostenida por la fortaleza tranquila de una mujer que aprendió a respirar de otra manera. "Si mi entorno está feliz, yo consigo ser feliz", compartió. Lejos de clichés, su discurso es el de alguien que ha aprendido a vivir "en conciencia", valorando lo cotidiano con la absoluta claridad de quien ha conocido la fragilidad en su forma más cruel. "En vez de taparme con la manta e irme con mi hijo, aquí estoy", dijo sin dramatismo, solo con verdad.
García explicó que el mayor aprendizaje llegó del propio pequeño. "Mi hijo vino a enseñarme a vivir desde el amor y no desde el rencor". Y en esas palabras se encapsula su filosofía actual: la de una madre que, en lugar de quedarse atrapada en la pérdida, elige honrarla transformándose. Habla de gratitud, incluso. De un niño especial que luchó más allá de lo esperado, que recuperó "el 90%" aunque finalmente su cuerpo no aguantara. Ella, mientras tanto, se aferró a cada día como si fuera un regalo. "Para mí un día más es un día menos para encontrarme con él", confesó, dejando al plató en silencio.
Pero la vida también está hecha de segundas oportunidades. Sobre la boda de Cañizares, se mostró feliz, casi cómplice. Sus hijas acudieron y lo disfrutaron "muy bien" dijo, subrayando que siguen siendo "una familia bien avenida". Desea que él siga apostando por el amor: "Hemos sufrido mucho, y sentirse querido y querer es lo más importante".