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Foto en redes

Preocupación por la salud de Blas Cantó

El cantante muestra su recuperación tras un accidente doméstico que le mantiene en silla de ruedas y muletas

Blas Cantó GTRES

No están siendo tiempos fáciles para Blas Cantó. Hace unos meses, el cantante comunicaba a sus seguidores que había sufrido un accidente mientras realizaba reformas en su vivienda. El resultado fue un corte en el tendón de Aquiles que requirió intervención quirúrgica y marcó el inicio de un proceso de recuperación largo y complicado. Desde entonces, el murciano ha compartido, con su característico entusiasmo y sinceridad, cada paso de esta nueva realidad que lo obliga a apoyarse en muletas y, en ocasiones, en silla de ruedas.

A través de sus redes sociales, Blas ha mostrado a sus seguidores cómo está afrontando la recuperación. "Sé que no es mucho pero para mí es un milagro", escribía al compartir sus primeros pasos. "Esta ha sido y es mi realidad durante ya casi tres meses: no poder caminar, dolor, frustración, caídas…". Con estas palabras, el artista ofrece un retrato íntimo y honesto de los desafíos físicos y emocionales que conlleva un accidente de este tipo, mostrando que la vulnerabilidad también puede convertirse en un acto de cercanía con sus seguidores.

Accidentes cotidianos

Su viaje hacia la normalidad ha incluido incluso desplazamientos internacionales. Blas pasó casi tres semanas en México, un país al que se declara profundamente vinculado, y documentó su experiencia en una serie de doce imágenes. Entre ellas, muestra los servicios para Personas con Movilidad Reducida en los aeropuertos, las dificultades en las pirámides de Chichén Itzá -donde la silla de ruedas se atascaba en la gravilla- y los pequeños accidentes cotidianos, como una caída de bicicleta mientras era sostenido. A pesar de las dificultades, el cantante combina estas vivencias con la promoción de su música y sus ensayos, demostrando que su pasión no se detiene frente a los obstáculos.

El accidente doméstico que lo llevó a esta situación ocurrió de manera inesperada. "Estaba haciendo de manitas en casa y tenía un perfil de pladur en el suelo de la cocina. Sin querer lo pisé, se reviró y me corté el tendón de Aquiles", explicó Blas a sus seguidores. Desde el momento del accidente, fue consciente de la gravedad y de la necesidad de acudir a urgencias y someterse a cirugía. "En cuanto pasó, sabía que tenía que ir al hospital porque me tendrían que operar", confesó, recordando la incertidumbre inicial.

La recuperación, lenta y exigente, no ha minado su determinación. Blas ha señalado que el proceso completo podría llevarle meses: dos para poder apoyar, cuatro para caminar y más de seis para correr de nuevo. Aun así, su compromiso con la música y con sus seguidores permanece intacto. "Sé que nada volverá a ser como antes, pero aún con escayola y muletas me volveré a reunir con vosotros", asegura.

Blas Cantó demuestra que la vulnerabilidad puede convivir con la fortaleza. Su sinceridad al mostrar los días difíciles, las caídas y los pequeños logros convierte cada imagen y cada palabra en un testimonio de resiliencia. Más allá de la recuperación física, su mensaje es claro: incluso cuando la vida nos obliga a detenernos, la pasión, el trabajo y la conexión con quienes te apoyan siguen siendo la mejor medicina.