
¿Qué es distinto?
El sospechoso cambio de actitud de David Rodríguez lejos de Anabel Pantoja
El fisioterapeuta no es el mismo que hace tan solo unos días atrás. Ahora que ha retomado su vida en Córdoba, no actúa igual que en la isla
Algo ha cambiado. En esto coinciden todos a la hora de valorar lo que sucede en casa de Anabel Pantoja, donde ya no está su novio, David Rodríguez. El joven ha hecho las maletas para instalarse de nuevo en Córdoba, su ciudad natal y donde trabaja y vive. Este fin de semana se ha podido ver al fisioterapeuta tomando un vuelo desde Gran Canaria a Sevilla, para después salvar las distancias hasta su ciudad, pues ha tenido que volver al trabajo. Lo hacía cabizbajo, con el rictus serio, acompañado de sus padres, quienes han estado unos días a su lado y junto a su nieta en mitad del caos. Este movimiento ha pillado a propios y extraños por sorpresa, de ahí que sean muchos los que apunten a una posible crisis en la pareja. Las evidencias se amontonan y los rumores cobran cada vez más fuerza, mientras la pareja trata de hacer oídos sordos y continuar con su nueva “normalidad”. Esta palabra la han empleado mucho desde que saliesen del hospital tras 18 días de ingreso de su hija Alma.

También al verse investigados por la justicia, después de que el TSJC emitiese un comunicado de prensa alertando del inicio de unos protocolos enfocados en determinar por qué la niña presentaba lesiones y cómo se las ha podido hacer. Ante la falta de acuerdo entre los padres a la hora de explicar lo sucedido, el proceso se alarga. Pero él ya ha tomado una determinación que ha dejado a muchos con el pie cambiado, pues en tan solo unos días ha desplegado una actitud muy distinta a la habitual. Ahora que ha terminado su baja por paternidad y debe retomar sus quehaceres en Córdoba, tan solo podrá estar con Anabel Pantoja y su hija durante los fines de semana. Pero esta distancia geográfica con su familia coincide también con la distancia que ha puesto con los medios, esos a los que antes hablaba sin reparo alguno, incluso con bromas, asegurando que todo estaba bien, perfecto y tranquilo.
Ahora parece que algo ha cambiado, pues no solo ya no habla de esa “normalidad” ansiada, sino que simplemente no habla. Silencio. Si antes trasladaba a la prensa incluso que le tocaba hacer espalda en el gimnasio, ahora no quiere decir nada. Ni el motivo de su viaje, ni cómo se encuentra Anabel ante su ausencia o cómo evoluciona su pequeña. Nada. Ha sido Belén Esteban la que ha despejado las dudas y ha dejado claro que el viaje a Córdoba estaba programado antes de que comenzasen a surgir rumores de crisis entre la pareja. Algo de lo que él ha preferido no decir ni mu. Tampoco ha hablado estos días sobre Anabel Pantoja, pues siempre que se le preguntaba por ella daba una callada por respuesta, al igual cuando se centraba la atención en su niña. Solo quería hablar de él en primera persona, lo que chocó mucho el primer día. Después se normalizó. Ahora parece más tenso que antes ante las cámaras, pese a que en su día se convirtiese en portavoz improvisado ante la prensa.

Ante el silencio de David Rodríguez después de hablar sin problema alguno, es Anabel Pantoja quien le toma el relevo en la tarea. Eso sí, sin demasiada gana. La influencer ha permanecido callada mientras su chico sí atendía a la prensa. Ahora es ella quien realiza esta tarea, aunque para marcar límites: “Estoy bien, voy a hacer la vida como siempre os he dicho y, por favor, dejadme tranquila. Os lo pido con todo el respeto del mundo. Sé que estáis aquí por obligación, se lo digo a él siempre”. Pero de lo que no tiene ninguna intención de hablar es de la vuelta al trabajo de su chico, lo que le hace separarse de él, aunque sea solo de manera geográfica y no tanto sentimental como se está rumoreando: “Es que no entiendo tener que dar explicaciones sobre cada cosa o cada paso que demos, parece esto una película del CSI”. Preguntada sobre si hay crisis, ella dice que están “como siempre, como llevamos dos años haciéndolo. No vamos a dar más explicaciones, o sea, de verdad, me parece algo ya que riza el rizo”, sentencia, antes de decir que su hija está “estupendamente” y abandonar el lugar en su coche.
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