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La maldición de las Campos: ni salud, ni amor, ni dinero en la peor etapa profesional de la saga

El golpe definitivo que hunde en la miseria a las Campos: desvalijan la casa de Carmen Borrego y teme que vean la luz sus “archivos privados”

Las Campos
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El 2019 está siendo, sin duda, el Annus Horribilis de las Campos que no consiguen zafarse de la adversidad y la mala suerte. El clan al completo vive sus horas más bajas tanto a nivel personal como profesional.

El enésimo disgusto en lo que va de año se ha producido hace tan sólo unos días, cuando la hija pequeña de María Teresa regresaba de sus vacaciones y se enteraba que su casa en Madrid había sido desvalijada en su ausencia. La noticia se la daba el conserje cuando se encontraban a 130 kilómetros de Madrid que le advertía que una parte de la reja que rodea su vivienda, un bajo con jardín situado a las afueras de Madrid, había sido cortado con una radial. Cuando Carmen, acompañada de su marido, llegaba a su hogar se encontró con toda la casa revuelta y descubrió con temor que, además de joyas y objetos valiosos, los ladrones se habían llevado también los archivos personales que contenían sus ordenadores y otros dispositivos electrónicos. Esto es lo que más ha extrañado a la colaboradora de Viva la Vida, que vive una auténtica pesadilla tras el robo que le impide dormir tranquila en su propia casa. Además, Carmen no tenía seguro por lo que, a no ser que la policía consiga detener a los que le han robado, no podrá recuperar sus joyas, entre las que se encuentra un reloj valorado en 8.000 euros que le regaló su madre.

Pero lo que más le preocupa a Carmen, a pesar de que la cuantía del robo se eleva a cincuenta mil euros, es el uso que los atracadores puedan hacer de sus “archivos privados” que incluyen fotografías, documentos y otros contenidos que afectarían a la más estricta intimidad del clan campos. Un suculento botín informativo que de caer en manos de algún periodista podría darles más quebraderos de cabeza aún al clan Campos, ahora que ya no cuentan con la protección de la cadena en la que colaboran las hijas de Teresa Campos y que, ha encontrado un filón explotando sus miserias. Quizás ese sea el motivo por el que Carmen Borrego en la entrevista que ha concedido a la revista Lecturas a raíz del suceso asegure que “ ha sido un robo muy extraño”.

La adversidad se ceba con las Campos: ni dinero, ni salud, ni amor, ni éxito profesional.

Todo comenzó en 2017, cuando María Teresa Campos sufrió un ictus que la mantuvo postrada y retirada de la televisión durante un tiempo. Tras su recuperación, se reincorporó por la puerta de atrás a la cadena que le ofreció una silla en el debate de GH Revolution que resultó de lo más humillante para la que fuera la indiscutible “reina de las mañanas” en Telecinco durante una década. La veterana periodista estuvo en el debate lo que dura un telediario y abandonó de manera abrupta el programa el mismo día de su estreno. Desde entonces, no ha vuelto a ponerse frente a las cámaras y su participación “obligada” en la última entrega del reality “Las Campos” puede considerarse ya su tumba profesional.

Tampoco laboralmente les va mejor a sus hijas, que han tenido que recurrir a la venta de exclusivas para mantener su alto nivel de vida, una vez que no cuentan con el apoyo económico de su madre que se enfrenta, por primera vez en su vida, a dificultades económicas. Estas dificultades económicas han provocado que, tanto María Teresa como su hija Terelu, hayan tenido que poner a la venta el patrimonio inmobiliario que poseen, que sorprendentemente se reduce a dos propiedades: la lujosa villa de la matriarca en las proximidades de Madrid y valorada en más de dos millones de euros y el triplex de Aravaca de Terelu, por el que pide cerca de millón y medio de euros. En estas dos viviendas han invertido madre e hija todos sus ahorros y cuentan con venderlas para obtener liquidez, ahora que se avecinan tiempos difíciles.

María Teresa, a sus 78 años, trata de regresar a la televisión, algo que no deja de sorprender a quiénes creen que a su edad y tantos éxitos profesionales a su espalda, la comunicadora debería haberse jubilado para disfrutar de una vida desahogada y plácida. Sus hijas, Terelu y Carmen, actualmente colaboran en Viva la Vida, por un sueldo de unos dos mil euros al mes, muy inferior a lo que estaban acostumbradas a ganar en Sálvame. Las hijas de Teresa Campos decidieron abandonar el programa vespertino tras los duros ataques que sufrían de sus propios compañeros. En “Viva la Vida” se sienten más protegidas y cuentan con el apoyo de su gran amigo, Raúl Prieto, que también fuera el director de “Las Campos”, el reality sobre la familia que ha abierto las puertas al linchamiento público de la saga.

Pero si en lo profesional y lo económico la vida no les sonríe, tampoco tienen suerte en otros pilares existenciales como pueden ser el amor o la salud. María Teresa vive su momento más delicado en su relación con Bigote Arrocet tras el escándalo provocado por las declaraciones de Gema Serrano y Terelu, no ha vuelto a enamorarse desde que hace tres años rompiera su relación con el boxeador José Valenciano. Terelu aseguró entonces que echaba de menos la “protección y el amor” de Jose pero que ahora le “aterroriza el momento de conocer a un hombre y llegar a algo más”. La presentadora achacaba a su enfermedad el no encontrase con fuerzas para encontrar el amor tras superar un cáncer de mama que le ha obligado a practicarse una doble mastectomía. La hija mayor de la que fuera “reina de las mañanas” vive un auténtico calvario debido a la maldita enfermedad que causó la muerte en 2015 de su tía Araceli, a la que Terelu estaba muy unida y consideraba casi una hermana más. Una lacra, la del cáncer, que se ha cebado con la familia Campos, especialmente por la vía materna. Además de sesgar la vida de Araceli y otro de sus hermanos, la propia Teresa Campos padeció un cáncer de garganta en 2008 y su hija Carmen, a los 35 años, tuvo que someterse a una operación para extirparle el útero, tras serle detectado un tumor maligno.