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Anna Tarrés: «A mi manera, yo también he trabajado con divos»

Ex Seleccionadora de Sincronizada y Jueza en «Splash!»

Ana Tarrés posa para LA RAZÓN en las instalaciones del Club Natación Kallipolis, en Barcelona
Ana Tarrés posa para LA RAZÓN en las instalaciones del Club Natación Kallipolis, en Barcelonalarazon

Lo de estar quieta no figura en el libro de estilo de Anna Tarrés. Ahora que ha vuelto a sus orígenes –es la directora técnica de natación sincronizada del Club Natación Kallipolis, donde empezó su carrera–, se percibe claramente que su regreso tiene el pedrigrí que da haber ganado 55 medallas como entrenadora de la Selección española de natación sincronizada y formar parte del jurado de «Splash! famosos al agua». De ahí que su móvil eche humo y que casi haya que ponerle un buscador para saber dónde está en cada momento. Como ella dice, «sigo luchando por dar visibilidad al deporte femenino y a la natación sincronizada, y me ha salido muy bien».

–Primer día como jurado y Anna Tarrés no decepcionó: vehemente, franca, aunque a veces no se le podía escapar la risa...

–Es que en ocasiones no podía evitar troncharme con algunos de los concursantes.

–Más aún si el que aparece es Falete.

–Bueno, bueno... Es un número en lo suyo y tiene una voz fantástica, pero, ¿cómo decirlo? Tiene un umbral más bajo de lo que es la cultura del esfuerzo que para nosotros, los deportistas, es altísimo. Se tiró de cinco metros y, según su entrenador, se podía haber tirado de siete si le hubiésemos picado más. Es un poco vago, aunque me dicen que se está esforzando para la gala del lunes.

–Otras veces se le vio seria.

–Sí, yo también me vi incluso demasido seria. Al principio del programa me pesó la responsabilidad de la novata. Con todo, en este jurado tan variado,tengo el perfil de la profesional, la exigente con los concursantes, incluso un poco dura, porque la búsqueda de la perfección y la excelencia no se encuentran tan fácilmente. Aunque sea un programa de entretenimiento, también es didáctico porque pone en valor el esfuerzo, la capacidad de superación. Lo que le puedo asegurar es que no tengo favoritismos, aunque también es cierto que aprecio mucho a Gervasio Deferr. Le conozco desde hace tiempo, es íntimo amigo de Andrea Fuentes y de su novio.

–Pero tendrá en cuenta que no son profesionales de los saltos.

–Por supuesto. Ahí es donde está la gracia. Nunca he sido partidaria de entrenar a través del miedo. Hay que ir poquito a poquito...

–Supongo que para usted ver fumar a Falete y a Toñi Salazar en el vestuario fue un «shock». ¡Qué espíritu deportivo!

–Yo flipaba. ¡Es que no se puede fumar en un recinto deportivo y a escondidas! Es casi un insulto... ¡Por favor!

–Le tengo que decir que, tanto para usted como para ellos, es mejor que sea juez que no entrenadora. Creo que le sacarían de quicio...

–¡Ja, ja, ja! No crea, soy experta en motivación. Me gustan esos retos, aunque hay poco tiempo para entrenar. Además, tenga en cuenta que, a mi manera, yo también he trabajado con divos, con personajes que, cuando llegan a cierto nivel, tratan de imponer sus normas. Hay que ser inteligente para sacar el máximo rendimiento. Es un proceso, pero lo que importa es el resultado.

–De todas maneras tienen suerte. Están ante un jurado que comparado con aquellas lobas de los Juegos Olímpicos, siempre favoreciendo a las rusas...

–Sí que son unos afortunados. Si les tienen que juzgar ellas, ni uno de los concursantes se come un rosco. Con lo que yo he sudado para que me diesen un nueve o incluso una décima... También es verdad que estamos en un programa de televisión que combina el entretenimiento con el deporte. Recuerdo lo que llorábamos mis chicas y yo cuando nos puntuaban por debajo de nuestros méritos.

–La selección española de sincronizada también es recordada por su puesta en escena, en especial por los bañadores, que eran espectaculares. ¿Qué le pareció el bikini de Daniela Blume o los bañadores de Falete y el de Toñi Salazar?

–Pues, qué quiere que le diga; a mí el bañador de Falete me pareció genial. Estaba que te morías de la risa, entrañable por los volantes, los lunares y luego él tan serio. Le tengo que decir que me impactaron la mayoría porque eran chulísimos. Presentar esos vestuarios tan dispares tiene su puntito.

–¿Qué tal las vibraciones con Santiago Segura y Guti, dos de sus compañeros de jurado?

–Muy bien. En ocasiones tú ves inaccesibles a algunas personas e idealizas el mundo en el que viven, y luego te das cuenta de que son compañeros. Y es normal porque yo también he sido idealizada. Participas en unos Juegos Olímpicos, ganas medallas, te saluda Doña Sofía, tienes recepciones con el presidente del Gobierno..., pero todo está dentro de un protocolo. Te terminas acostumbrando a esa forma de vivir.

–Cincuenta y cinco medallas, cuatro de ellas olímpicas, después... ¿se veía en la televisión?

–Claro, es un nuevo reto en mi vida, en un concurso que se basa en el deporte, que es mi vida. Lo único que tengo que hacer es ser yo misma. Y sí, he ganado 55 medallas, cuatro de ellas en Juegos Olímpicos y en quince años. A ver quién es el guapo que tiene ese currículum. Y lo digo con humildad, pero ésa es la realidad. Lo hicimos las chicas y yo trabajando como hormiguitas.