Rumbo a peor

No existe manual de estilo alguno en el guardarropa del ex secretario general de UGT en Andalucía, Francisco Fernández Sevilla. Tampoco hay rastro alguno de tal compendio en su manera de vestir. A la vista está que no presta interés alguno en la apariencia física ni se preocupa por combinar unas prendas con otras. Puede dar la sensación de que Fernández Sevilla se sirve cada día únicamente de la ropa para cubrirse y, de esta forma, su imagen se desdibuja y se diluye en un momento, imagino, difícil de sobrellevar. Cuando en el ambiente se respira tanta falta de prejuicios respecto al abuso del dinero, de escrúpulos a la hora de utilizar dinero público para fines particulares, no comprendo cómo, después, hay tantos otros para vestir adecuadamente. El orgullo de clase debe estar, a mi entender, impreso en el comportamiento de cada cual y no tiene por qué ir siempre acompañado de una imagen común o aburrida, que incluso, en muchas ocasiones, termina por resultar decepcionante. Evidentemente, no es momento ahora de cambiar la estrategia de su vestimenta, pero la página de hoy nos sirve sin duda de excusa para incidir en el manido uso de la imagen sindicalista de izquierdas, tantas veces asociada a un estilo convencional. La comodidad no tiene por qué ir en detrimento de la elegancia. En el caso que nos ocupa, el traje resulta demasiado amplio, tanto de chaqueta como de pantalón. Por otro lado, saber cómo combinar materiales, colores y accesorios es un aspecto que hay que tener en cuenta y cuidar un poco más. Insisto, ser elegante hoy en día no es una cuestión de bolsillo.

Sobrepeso y prematura v¡ejez; por Marta Boira

El ex secretario general de la UGT de Andalucía tiene una imagen muy envejecida para sus 52 años. El envejecimiento prematuro es consecuencia de unos malos hábitos de vida, fundamentalmente asociados a la alimentación. Posee mucho sobrepeso, focalizado en el abdomen, es decir, le gusta comer, y en exceso, y no precisamente fruta y verdura. Eso le pasará una factura de salud importante, además de su dimisión. Desde el punto de vista estético, un cirujano plástico haría su agosto: para eliminar la grasa que le sobra, necesitaría una liposucción de abdomen y de papada. Para eliminar las prominentes bolsas bajo los ojos, blefaroplastia. Para combatir la flacidez del tercio inferior del rostro, un lifting, y las arrugas del tercio superior sólo se eliminan con toxina botulínica. La otoplastia ya es cuestión de personalidad, pero el doctor Navarro, cirujano plástico de la secpre, también se la recomienda. De su nariz y de la falta de hidratación y nutrición en la piel ya ni hablamos, la columna no da para más.

Poco sincero y a la defensiva, por Valvanuz Sánchez de Amoraga

Francisco Fernández Sevilla, hombre de carácter pero muy tranquilo, tiende a la «excusatio non petita, accusatio manifesta», es decir, suele extenderse en sus respuestas sin centrarse en la pregunta, lo que produce una sensación de falta de sinceridad. Su ritmo de comunicación es lento, con un tono de voz con pocas variaciones y bajo, lo que refleja poca energía en las intervenciones. La inclinación de sus hombros indica la tensión acumulada, tirantez también visible en la rigidez de la mandíbula y cuando realiza una media sonrisa asimétrica irónica, que dibuja cuando no le agrada lo que escucha o se pone nervioso. Tiende a apoyarse en el atril o a posar los antebrazos para buscar un apoyo. Al no mantener la espalda firme no transmite seguridad y la postura de cruzar los brazos habla de actitud defensiva. Mueve mucho la cabeza para involucrar al público, algo positivo, ya que genera cercanía.