Opinión
Nos llaman gorrones, qué vergüenza
¿Lo dicen por la negativa a ampliar el gasto en Defensa como quieren Trump y la OTAN o porque se han enterado de que en este país todo hijo de vecino quiere ser funcionario?
Dice el “Wall Street Journal” que somos los “gorrones oficiales de Europa”. ¿Lo dice por la negativa a ampliar el gasto en Defensa como quieren Trump y la OTAN o porque se han enterado de que en este país todo hijo de vecino quiere ser funcionario? Seamos o no gorrones, nos guste o no nos guste el gorroneo, o sea “tener por hábito comer, vivir, regalarse o divertirse a costa ajena”, el caso es que, según el ”Wall”, de ser la reserva espiritual de Europa, aquella unidad de destino en lo universal, la España que iba como un cohete, hemos pasado a ser los “gorrones de Europa”. Tanto hemos cambiado que incluso Ábalos no reconoce su voz en los audios de la UCO, esto es, en las grabaciones que hizo su Koldo. Dice que no es la suya y que las grabaciones podrían haber sido manipuladas como la cara de la Macarena.
Atención, que él de eso sabe; de manipulaciones y de darle alegría a su cuerpo, Macarena. Ábalos no reconoce su voz: ¿habrá experimentado muda vocal como les sucede a los Niños Cantores de Viena cuando pasan de la infancia a la pubertad? El exministro es mayor, sí, pero los efectos secundarios de “la Carlota se enrolla que te cagas” pueden ser imprevisibles. Una pena, ahora que tantos esperan que cante. También podría ser que Koldo fuera un hábil grabador de psicofonías (voces de los muertos) que, intuyendo el futuro, colara en los audios una voz del Más Allá para que su jefe pudiera argumentar hoy que no es la suya. En la próxima comparecencia declarará que tampoco se reconoce en las imágenes de aquellos tiempos: él no estaba tan gordo, dirá, hacía dieta y mucho ejercicio con Jésica. Nos llaman gorrones, qué vergüenza. Puede que Koldo, Ábalos y Cerdán se querellen por injurias.