Ibiza

Repóker de Iglesias y EA, EA, EA, las Campos se pelean

El hijo de Julio Iglesias que falta en la portada del ¡Hola!

Repóker de Iglesias y EA, EA, EA, las Campos se pelean
Repóker de Iglesias y EA, EA, EA, las Campos se peleanlarazon

El mismo día que sale la fotito de la familia de Julio Iglesias al completo en la portada del ¡HOLA!, la vida nos regala la noticia de que se le ha adjudicado un nuevo hijo. He vuelto a mirarla y me ha parecido ver que ha cambiado el gesto de los niños. Algo así como la sombra de un “mierda, a este paso la herencia va a ser a repartir entre doscientos”.

Miércoles. Y ya sabéis lo que nos toca los miércoles. Mientras me traen el vermú y me abanico enérgicamente (Dios, qué calor) os avanzo que el ¡HOLA! trae hoy en portada una foto de familia de Miranda, con todos los hijos que tiene de su matrimonio con Julio Iglesias, que da ganas de ponerla en aquel marco de plata tan barroco (y horroroso) que nos regalaron una vez en un bautizo y, conforme lo recibimos, lo metimos en un cajón.

Son todos tan guapos, tan esbeltos, tan rubios. Me pasa con estas familias tan monas y tan numerosas (la de Alexia de Grecia, por ejemplo, o los Urdangarines) que sufro mucho. Me los imagino quedando a cenar en Ibiza, todos vestidos de blanco y descalzos, y tras aplaudir a la puesta de sol, suben cada uno a su coche y después de unos kilómetros se dan cuenta de que se han liado con los niños, porque son todos iguales, y llevan un poupourri genético en los asientos traseros que no te imaginas. Qué angustia. Toca volver atrás e intercambiarse los niños como si fueran cromos de Pokémon. Este es tuyo, este es mío, ese que ha evolucionado te lo cambio por las gemelas... Total, qué más dará. Si no los distinguen ni ellos. Me parece complicado hasta ponerles nombres. Yo los numeraría.

Lo que os recomiendo fuertecito, me vais a permitir, es que no os quedéis en la portada. Superad el stendhalazo de la familia perfecta y pasad al interior. Allí está lo más grande: Un reportaje de Álvaro de Marichalar en su ático de Madrid justo antes de empezar la aventura definitiva, la más peligrosa de su vida. Guanmortaim. Esto no es de extrañar y no debería sorprendernos. Es como el posado veraniego de la Obregón, como el último concierto de Miguel Ríos, como la muerte de Miliki. Pasa todos los años. Pero es que hay una fotografía que no os podéis perder bajo ningún concepto. Esa foto justifica absolutamente todos los árboles talados para conseguir el papel de todas las revistas del corazón de la historia. En ella aparece Marichalar, ante un ventanal y junto a un escritorio, con mechas californianas y mirando a un lado, levemente hacia arriba, natural y espontáneo como solo él sabe serlo. En sus manos, un libro que se titula “El mar”. El libro es tamaño álbum infantil ilustrado y yo llevo un rato llorando de la risa imaginándome a Álvaro musitando “la m con la a, maaaaaa. Y con la r, maaaarrrrrr”. Y luego mirando al infinito intentando procesar tan compleja información. Mira, yo qué sé. Me entretengo con cualquier cosa.

Aquí vienen mis aceitunas.

Un segundo. Interrumpimos la conexión porque acabo de recibir una llamada que me informa sobre la sentencia que se acaba de conocer hace unos minutos y que adjudica a Julio Iglesias la paternidad de Javier Santos, el hijo que tuvo (ahora ya no hace falta que digamos “supuestamente”) con la bailarina María Edite. No me digáis que no es maravillosa la vida, que nos regala esta noticia el mismo día que sale la fotito de su familia al completo en la portada del ¡HOLA!. He vuelto a mirarla y me ha parecido ver que ha cambiado el gesto de los niños. Algo así como la sombra de un “mierda, a este paso la herencia va a ser a repartir entre doscientos”.

Dejemos a la familia Iglesias con sus jaleos aritmético-paternales y vayamos a la contienda de las Campos, que las tenemos enfrentaditas y en Lecturas nos lo cuentan. La verdad es que me esperaba algo con más chicha, un buen problema de lindes o discrepancias por la herencia en vida de la matriarca o, incluso, una pelea de gatas por un ligue. Pero no. Es un enfrentamiento por el sillón de colaboradoras en el programa “Viva la vida” y algún reprochito por no defenderse la una a la otra ante otros colaboradores. Esto se les pasa enseguida, ya veréis.

En la portada de Lecturas tenemos también a Isa Pantoja que debuta como cantante. No-me-lo-puedo-creer. En realidad yo esperaba de Isa que nos hiciera un Rociíto y decidiera ser modelo pese al tobillo elefantiásico, fama materna mediante. Pero no. Ha decidido tirar por la música y, oye, yo me alegro. Igual estamos ante la nueva Rosalía y nosotros aquí con las risas. A mí el look elegido para el primer videoclip, ese rollo entre soldador de taller metalúrgico y poligonera de extrarradio con graves desequilibrios emocionales y problemas para llegar a final de mes, me gusta. Y me gusta también mucho que en “Lecturas” hayan decidido poner el titular “Mi madre tiene algo grave” justo encima de las palabras de Colate “Isabel Pantoja miente, manipula y extorsiona”. Me parece una maravilla del diseño editorial colocar disimuladamente esas palabras a modo de subtítulo de las de La Cantante Isa, de manera que las leamos seguidas y pensemos que ya tarda en ser ingresada en la López Ibor para tratarse de lo suyo. La pobre.

También en Lecturas, pero un poco de relleno, la felicidad de Rosana y Toñi Moreno por el embarazo de la última. Y es que la cosa esta semana va de hijos: los dos mil hijos de Julio Iglesias, la hija de la Pantoja, las hijas de la Campos, el futuro hijo de Toñi Moreno...

Y mientras tanto Marichalar sigue ahí, junto a su escritorio, con la mirada perdida y tratando de entender lo que ha leído.

La m con la a, ma. Y con la r, mar.

Mar.

El mar. ¿O era la mar?

¡Ay, mira, una mariposa!

Y vuelta a empezar...