Estreno

El terror de descubrir al monstruo que todos llevamos dentro

Prime Video acaba de estrenar «Dime tu nombre», una miniserie de género protagonizada por Michelle Jenner, Darío Grandinetti y Elena Rivera, entre otros

El uso acertado de imágenes inquietantes es un punto a favor de la serie de Prime Video
El uso acertado de imágenes inquietantes es un punto a favor de la serie de Prime VideoPrime Video

«Padre nuestro que estás en los cielos». Si una serie de terror comienza con este rezo, hay muchas posibilidades de que tengamos que agarrarnos fuerte al sillón. Así de contundente es el inicio de la miniserie de seis episodios que acaba de estrenar Prime Video, «Dimetu nombre», protagonizada por Michelle Jenner, Darío Grandinetti, Younes Bouab, Raúl Arévalo y Elena Rivera, entre muchos otros, y dirigida por Hugo Stuven («Seve»). La ficción combina el terror sobrenatural con un trasfondo religioso muy controvertido que tiene como escenario la España de finales de los años 90.

«Nadie sale» indiferente de una serie que se desarrolla rápida y contundente. La trama nos lleva a un pueblo de Toledo, Río Blanco, en el año 1997, donde varias familias de temporeros marroquíes de la fresa han decidido establecerse con sus vidas y sus costumbres. Una ONG que comanda Sonia (Michelle Jenner) les cede unas tierras en la cercana aldea abandonada de Fuensanta para que vivan e incluso para que edifiquen un lugar de culto. Sonia pretende que los recién llegados se sientan como en su casa y que sus derechos sean respetados. Pero no todo el mundo en el pueblo lo ve con buenos ojos. Por un lado tenemos al cura de un edificio que ya no es iglesia, el padre Ángel (Grandinetti), que intenta mantener la cordialidad entre el pueblo y el asentamiento. Del otro lado está el imán de la comunidad, Safir (Bouab), que intenta conservar la fe a pesar de las miradas furtivas y los cuchicheos. No están tan bien alineados el rico del pueblo Rober (Arévalo), exmarido de Sonia, que usa a los marroquíes para vender hachís, pero quiere a toda costa quedarse con las tierras que ahora ocupan porque valen 1.500 millones de pesetas. Y finalmente Carmen (Rivera), mujer devota y formal, que oculta un gran secreto que la colocará como principal impulsora del movimiento contra los inmigrantes. Pero un descubrimiento en Fuensanta lo cambiará todo para todos. El joven Radi, hijo de Fatima y Omar y hermano de Badra, desatará algo ancestral que acecha en el subsuelo de la aldea.

La serie retrata la difícil situación social que aparece cuando los prejuicios plantan su semilla. Varios sucesos en el pueblo acabarán por señalar directamente a los temporeros para empeorar aún más la percepción de sus habitantes sobre el asentamiento. El drama y el thriller se mezclan de manera muy sutil con un terror de posesiones, pero muy bien hilado y sin desmanes. Todos los actores realizan unas creíbles interpretaciones a pesar de que a veces la trama se pierde en sus propias sinrazones. El espectador no sólo podrá ver cómo la aparente tranquilidad se convierte rápidamente en un polvorín a punto de explotar. La tensión va «in crescendo», acompañada de la tensión narrativa, ayudada por una cabecera inquietante, unos exteriores muy bien escogidos y una música que rellena y turba. Además, para ser una serie tan corta, se permite el lujo de varios flashbacks que nos ayudarán a entender mejor el pasado muy remoto, origen del mal, y unos más recientes que nos muestran el pasado de los personajes principales, y enciende la mecha que causará la gran explosión final. Tampoco está la ficción exenta de buenos «cliffhangers» acompañados de giros de guion que se salen de lo convencional y mantendrán al espectador pendiente de la televisión.

Ojo a la banda sonora, que aparte de la música centrada en el ambiente demoníaco, también hay algunas joyas, casi proféticas, como el «Devil Came To Me» de Dover (1997), por supuesto en un Seat Panda con matrícula de Toledo. La serie insiste en los diálogos en que no se trata de religión: «Los demonios no pertenecen a ninguna religión porque están en todas, nos guste o no». Visiones, posesiones, negaciones, exorcismos, voces extrañas y frases proféticas plagan la pantalla mientras todo nos lleva al mismo lugar maldito. Además de sustos y fantasmas, «Dime tu nombre» deja un amplio espacio para contar las tensiones sociales, religiosas y culturales de la España de finales de los años 90. Completan el reparto Carla Quílez, Ramón Barea, Ramón Langa, Amin Hamada, Somaya Taoufiki, Nourdin Batan, Pepa Aniorte, Iyad Bennis y Alae Gamra, entre otros.

«Dime tu nombre» se sale de la ficción convencional para ponernos la piel de gallina y con muy buenos resultados. Hace falta algo más que sólo muertos vivientes o posesiones demoníacas para contar una buena historia de terror, y esta manera patria es de lo más original, porque fecunda una intransigencia social para convertirla en un escándalo, agrandado por sucesos sobrenaturales, pero donde, como siempre, lo más aterrador son los monstruos que llevamos dentro.