De viernes'
Jaime Ostos acusa a María Ángeles Grajal de ir “muy hidratada” y a su hermano de consumo de anabolizantes
El hijo del torero ha vuelto a narrar cómo su hermano Jacobo supuestamente le agredió y añade nuevos detalles e insinuaciones muy graves
Un serio Jaime Ostos Jr mira al frente en interior de un taxi. Se encuentra en las puertas del plató magno del Mediaset, donde acude a ‘De viernes’ a narrar lo sucedido en la noche en la que la viuda de su padre, María Ángeles Grajal organizaba una fiesta en un hotel de Madrid. Terminó con el ojo magullado que, cuatro días después sigue algo malogrado. Reproduciendo dramáticamente los hechos, un miembro del equipo del programa aporrea la ventanilla trasera del taxi, mientras el protagonista finge no inmutarse: “Así empieza la escena de terror que nuestro invitado vivió en el interior de un taxi hace justo cuatro días. Segundos después de estos violentos golpes en el cristal, Jaime Ostos Jr fue agredido, según él, por su propio hermano, Jacobo Ostos”, describe lo sucedido Santi Acosta. Le toma el relevo en la narración Bea Archidona, que adelanta que hay imágenes que probarían su testimonio: “Un grave incidente del que tenemos incidentes, que le han dejado secuelas, contusiones y hematomas en el pómulo, que aún siguen visibles. Esta noche Jaime Ostos Jr nos cuenta cómo se encuentra y todo, todo, lo que sucedió esa fatídica noche”.
Ángela Portero le pregunta si estaba grabando a su hermano con su teléfono móvil, que podría ser el detonante de su enfado. Y es que son muchos los que entienden que acudió allí a la fiesta donde estaban sus enemigos para provocar y no de casualidad como él ha mantenido en todo momento. “Yo estaba mandando un mensaje, cuando de repente, Jacobo, yo no le llamo hermano, es Jacobo, porque un hermano no le hace eso a otro. Jacobo, yo veo que está aporreando la ventana del taxi, abre la puerta, se tira encima de mí, me agrede, me coge el teléfono y me lo tira a la cara. Yo no estaba grabando, porque esto pasa en muy poco tiempo y no me da tiempo en poner la cámara del teléfono”, se defiende. Bea Archidona le pregunta si es verdad que estaba escribiendo a una amiga, si podría mostrar el mensaje, a lo que él mantiene que tampoco le dio tiempo a darle al botón de enviar.
Pasan al otro asunto candente de la noche, lo que le ha valido una demanda por parte de María Ángeles Grajal. Tanto la doctora como su hijo Jacobo mantienen que Jaime entró a la fiesta, agarró fuertemente del brazo de ella y supuestamente le amenazó de muerte. Él lo niega en rotundo una vez más: “Yo no la vi. Si yo llego a ver que esa señora está ahí, no hubiera entrado. Yo no la vi, yo entré porque vi a un señor, amigo de mi padre, un señor mayor”. Antonio Montero le pregunta si es Miguel Redondo, él lo niega. Pero éste asegura que estaba justo hablando con él cuando entró al hotel y se lio el altercado.
Ahora ponen el foco en las malas formas con las que fue expulsado del evento orquestado por María Ángeles Grajal y en el que estaba toda su familia e íntimos amigos: “En ese momento yo siento que me cogen de la chaqueta y me empiezan a tirar y a insultar. Me dicen ‘qué haces tú aquí y tal’ y ahí me doy cuenta que es ella. Entonces, en ese momento, que había un comedor, una habitación llena de gente, levanto las manos y digo ‘sí, sin problema, yo me voy’”, mantiene que no hubo “ningún tipo de agresividad” Jaime Ostos. “Yo me cogí y me fui tranquilamente. Me voy a la recepción del hotel y pido un taxi, llega el taxi, yo me monto dentro y eso ocurre”. Se escuda en su testimonio en la periodista Beatriz Cortázar, que fue testigo de lo sucedido. Pero ella cuenta que primero los hermanos se encontraron en la recepción, que después Jacobo fue a hablar con su madre, y con lo que ella le hablo sobre la presunta amenaza de muerte es cuando el joven regresó a ajustar cuentas. Vuelve a negarlo, dice que no vio a nadie hasta que ella le echó y su hermano le agredió.
Un detalle que Jaime Ostos ha querido poner sobre la mesa es una percepción sobre María Ángeles Grajal. Se le dibuja una leve sonrisa al comentar que en el momento en el que la viuda de su padre le echó de la fiesta estaba “muy hidratada”. Repite este eufemismo en varias ocasiones, llegando a molestar a la presentadora: “¿Qué estás insinuando Jaime, seamos claros?”, dice molesta por cómo desea dar a entender algo sin ser sincero: “Está muy hidratada. No voy a decir que está con… voy a decir que está muy hidratada”. Santi Acosta zanja la cuestión al ver que están entrando en terreno peligroso y cambia de cuestión. Más tarde eleva el tono y pasa a acusar a su hermano Jacobo de agredir a su padre, algo que no le perdona, además de consumir supuestamente sustancias ilegales: "Hay que verlo, a Jacobo, si o veis, Jacobo está completamente fuera de sí. Yo creo además que está tomando muchísimos anabólicos, esteroides, que se nota. Yo he sido un hombre que he tenido... fui uno de los pioneros de los gimnasios boutique en Miami cuando no había gimnasios allí y he estado en el mundo de los gimnasios por muchísimos años y he visto ese tipo de comportamiento. Además se le nota".