Literatura

Nueva York

Muere Sánchez Ruipérez un defensor de la lectura

Su nombre siempre estará ligado al mundo del libro y la editorial. Es uno de los fundadores del grupo Anaya y un editor que mostró a lo largo de su vida una sensiblidad y una preocupación especiales por la educación en España y la disfusión de la lectura.

Muere Sánchez Ruipérez un defensor de la lectura
Muere Sánchez Ruipérez un defensor de la lecturalarazon

Forma parte de esa leyenda que son los grandes editores, los de antes. De esos hombres que, con tenacidad y armados de un tesón que no coloce límite, sin tener en cuenta los riesgos y las dificultades, han contribuido a formar el tejido cultural del país.
Germán Sánchez Ruipérez sabía cuánto valía un libro. Y lo importante: el valor que tiene para una nación la formación, la educación y poseer lectores. Nació en Peñaranda de Bracamonte, en 1926, y recibió de sus padres, una maestra y un librero, la sensibilidad hacia la letra impresa. Ayer, falleció en la República Dominicana. Había recibido un golpe casual en la cabeza. Algo que, en principio, no debía tener demasiada trascendencia. Para evitar complicaciones se le ingresó en un hospital, donde se reveló la urgencia de la lesión. Desde hacía unos años solía repetir un lema que hacía referencia a Pío Baroja: «Cuando transito por la última vuelta del camino, os confieso la satisfacción del deber cumplido».

Carácter emprendedor
Pertenecía esa estirpe de emprendedores, como fueron José Manuel Lara y Jesús Polanco, que impulsaron los sellos editoriales en una España necesitada de ellos. Es cierto que Germán Sánchez Ruipérez abandonó el bachillerato muy pronto, cuando frisaba los 16 años y que durante la Guerra Civil estuvo a cargo de su abuelo, que había sido el fundador del periódico «La voz de Peñaranda», porque sus progenitores habían sido encarcelados. Nada desanimó, sin embargo, su temperamento ni le arrancó sus convicciones. Después de la contienda del 36 se trasladó a Salamanca para emprender una nueva aventura. Era la primera de otras muchas que vendrían después y que consolidarían su nombre como uno de los pilares de la cultura española del siglo XX. Decidió lanzar una editorial. Como reveló ayer Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes: «Fue una persona que se hizo a sí mismo, que empezó publicando libros que su mujer, Ofelia, distribuía en Vespa por Salamanca». Aquellos inicios vaticinaban una larga carrera llena de proyectos que a base de trabajar, una de sus palabras favoritas, sacó adelante y que hoy componen parte de nuestra herencia cultural irrenunciable. Él fue precisamente el creador del Grupo Anaya (integrado por 35 empresas) y el impulsor de Cátedra, Pirámide, Barcanova, Algaida o Anaya multimedia, entre otras muchas.

Sus ideas provenían de la labor que desempeñó junto a su padre en una modesta librería, llamada Cervantes, que, con el tiempo, consiguió convertir en un referente del sector en España por su modernidad. En toda biografía existen años determinantes. El de Germán Sánchez Ruipérez fue 1958. Cuando decidió instalarse como editor, escogió una parcela muy concreta. La que abarcaba la educación escolar y la universitaria, que sería el germen de las futuras generaciones en una España que estaba bastante necesitada de estudiantes formados y sólidos. Ese camino le llevó a ser propietario del grupo América Publishing Group, que todavía es esencial para la disfusión de publicaciones, siempre en castellano y de carácter periódico, en el continente americano. Pero su horizonte era amplio y ambicioso y, en diferentes naciones, como México, Argentina, Chile o incluso Estados Unidos, fundó nuevas librerías que se dedicaran a la difusión de títulos en español. «Trabajar, trabajar y trabajar, ése ha sido mi norte, desde aquellos días con apenas diez años en mi Peñaranda de Bracamonte natal, en que hube de asumir mis primeras responsabilidades laborales. Y es a ese valor del esfuerzo sostenido y constante al que ahora me permito convocaros, como única solución para resolver el difícil panorama que como país actualmente atravesamos y que, por momentos, me produce tan honda y amarga tristeza», declaró a Efe en una de las últimas entrevistas que concedió.

Ley de Mecenazgo
Su dedicación recibió diferentes galardones y reconocimientos, entre los que sobresalen la Encomienda con Placa de Alfonso X el Sabio, las Medallas de Oro de Salamanca y Madrid, y las mellas del Mérito de las Bellas Artes y el Trabajo, la Medalla de la Orden del Mérito de la República Francesa, y la distinción del Mercy College de Nueva York. Germán Sánchez Ruipérez ha dejado detrás una Fundación que lleva su nombre y a la que se dedicaba últimamente con entusiasmo –institución que ayer resaltó en un comunicado su labor como intelectual y la importancia que ha tenido su presencia el mundo editorial y en el fomento de la lectura, una de las actividades a las que está consagrado este organismo–. Pero mostraba su preocupación hacia algunos aspectos que, consideraba, debían actualizarse, como la Ley de Mecenazgo, que, para él, requería de una reforma urgente: «El marco legislativo del mecenazgo en España tiene que ser modificado. Y para ellos es prioritario dotar a la ley de incentitvos que permitan su desarrollo», llegó a declarar en una ocasión.

Últimamente, este hombre «de costumbres sencillas, amigo de sus compañeros de juventud», había desarrollado una nueva idea a la que dedicó todos sus esfuerzos: la Casa del Lector, que se espera que se inaugure el próximo otoño en Madrid (tiene la sede en las conocidas naves de Matadero) y que está dirigido por César Antonio Molina, ex ministro de Cultura. Es un centro nuevo que estará dedicado al libro y a todas las investigaciones que tienen que ver con él. Un proyecto ilusionante al que había dedicado cerca de treinta millones de euros.

 

Crespones y homenajes para el editor
Peñaranda de Bracamonte, la localidad natal de Sánchez Ruipérez, que en su día lo catalogó como «Hijo Predilecto», ha reaccionado con crespones negros y con el anuncio de que las próximas jornadas serán de luto oficial. Además, el Ayuntamiento de Salamanca adelantó que la próxima edición de la Feria del Libro contará con un homenaje a la figura del editor, a quien ha considerado «un gran salmantino vinculado a la educación y a la cultura».