Historia

La Habana

Cayetana podría visitar Buckingham por Jesús MARIÑAS

Intentan desentrañar qué hubo –más bien qué no hubo en juego: dos millones de las antiguas pesetas– en la inexplicable ausencia del clan Abascal en la fiesta de Maribel Yébenes para inaugurar su espléndido centro en el paseo de La Habana.

Lorenzo Caprile y Maribel Yébenes, en su nueva tienda
Lorenzo Caprile y Maribel Yébenes, en su nueva tiendalarazon

Aún no se explican por qué Luis Abascal se dejó ver con un par de bolsas que contenían su cena en el portal de la Galería Biondetta, donde recientemente festejaron a Antonio Banderas en su último viaje como fotógrafo. Es «lo más» en citas sociales y ocupa los bajos del edificio donde Nati Abascal pone refinamiento desde su vivienda del tercer piso. Ver llegar a su grandote pequeño –que no acaba de cuajar como relaciones públicas ya que no es nada detallista– hizo pensar que venía al copetín : «No, no, yo voy a casa», se excusó apurado, sin siquiera entrar para darle un beso a la anfitriona. Cavilaron si fue curiosidad malsana o intención de comprobar el éxito convocador. Y haberlo lo hubo, porque fue el «photocall» más nutrido de los últimos años. Elio Valderrama y Mamen Puerta echaron el resto mimando a los compañeros que, habitualmente, se quejan de poco espacio para moverse y de dificultades laborales. La profesionalidad y eficacia de Mamen y Elio han retomado el camino a la perfección que, unido al agradecido cariño que generan Maribel y Miriam, hizo dilatar la reunión donde Bibiana ironizó: «Me gustaría ser detenida porque en la cárcel puedes fumar», dijo. Lo mismo pensaban Lorenzo Caprile, Nuria González y una María Fraile que condensa la exquisitez genética de su madre.

El cálido ambiente lo propició Tomás Terry –el urdidor de los montajes de Porcelanosa y el príncipe Carlos– al persuadir a la Cayetana para que vaya al baile que en dos semanas monta la fundación principesca en Buckingham. No se sabe si la Duquesa conoce el trasfondo comercial de la cita, podrían escondérsela. Pero sí se supone que iría acompañada por Marisa de Borbón y María Chávarri. En la fiesta se contó entre risas que el reportaje antártico de Carmen Martínez-Bordiú y José Campos fue hecho realmente el pasado julio, aunque lo publiquen ahora por la que está cayendo. Sigue la tónica tardía que ya lució Preysler cuando celebró sus Navidades escocesas en septiembre. Aquí sí puede decirse que las fotos eran de nevera.