CGPJ

«No se creía lo que pasaba»

El pleno del CGPJ vivió momentos de máxima tensión. Una vocal plantó a Margarita Robles durante su intervención por cuestionar su nivel jurídico. Gómez Benítez indignó con sus reproches

«No se creía lo que pasaba»
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MADRID- El anuncio de dimisión aplazada del presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Dívar, por extraño que pueda parecer, no fue, ni de lejos, el momento de mayor tensión vivido durante el Pleno celebrado por la institución el sábado. El momento álgido tuvo lugar cuando la vocal «conservadora» Gema Gallego abandonó el Pleno tras las insinuaciones de la vocal «progresista» Margarita Robles, en ese momento en el uso de la palabra, sobre su falta de «nivel jurídico» o «capacidad» para entender lo que estaba diciendo. Gallego se levantó de su asiento y no volvió hasta que Robles terminó su alocución.
No fue el único envite. Otro de los momentos más comentados fue la «provocación» lanzada por José Manuel Gómez Benítez contra los jueces. A su juicio, resultaba incomprensible que los vocales, en este caso concreto los juristas, hubiesen permitido una situación que desprestigiaba en gran medida a la institución. La respuesta a estas palabras, por parte de algún magistrado, no estuvo exenta de ironía. «Vamos, que nos quería dar lecciones a los que somos jueces», aseguraron.

«Campaña sucia y vil»
Y si a nivel individual la tensión era más que palpable, el enfrentamiento entre «conservadores» y «progresistas» tampoco dejó a nadie indiferente. El Pleno del CGPJ estuvo rodeado de dudas y polémicas, incluso antes de que llegara a producirse. Hasta tal punto que un grupo de vocales «progresistas» amenazó con someter la dimisión de Dívar a votación si éste no anunciaba que cesaría en su cargo el jueves, fecha en que está previsto el próximo Pleno. De este modo, además, no enturbiaría los actos de celebración previstos con motivo del bicentenario del Tribunal Supremo, que comienzan hoy mismo.

Desde el ala «conservadora», por su parte, vocales de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) sostenían que el objetivo era, a toda costa, evitar una votación cuyo único propósito era que Dívar dimitiese. No dudan en señalar que el presidente del CGPJ ha sufrido una «campaña sucia y vil», pero el desgaste de la institución derivó hacia una situación sin retorno. Así, vocales de la APM tenían claro que había que «evitar la vergüenza de pasar por una votación en la que un número muy importante le iba a pedir la dimisión».

Muchos de los allí presentes reconocen que Dívar «no se creía lo que le estaba pasando», que «su cara parecía la de un muñeco de cera» y que «le temblaban las manos». Motivo por el que los vocales «conservadores» también buscaban evitar la polémica votación. «Nuestra intención era evitar que pasara por ese trance», matizan.

Y en ese interés por decidir el futuro de Dívar, se originó otro foco de enfrentamiento: la urgencia o no de celebrar el Pleno del sábado. Un sector de vocales defendía que, una vez anunciada la pronta dimisión del presidente de la institución, la necesidad de celebrar el Pleno del sábado no existía, y mucho menos la urgencia, máxime cuando ya había otro previsto para el jueves. Un argumento que no convencía al ala más «progresista» del CGPJ, que seguía defendiendo la premura de la reunión.

Acelerar la dimisión
Obcecados por obtener la dimisión de Dívar antes del próximo jueves, insistían en las dudas planteadas por la decisión del Tribunal Supremo, que dejaba entrever que cuatro de los magistrados tenían dudas acerca de la actuación de Dívar. Hay que recordar que el Alto Tribunal no admitió a trámite, por 11 votos a favor y 4 en contra, la querella contra el presidente del Consejo. Y es en estos cuatro votos particulares en los que los vocales «progresistas» hacían especial hincapié para justificar la urgencia del Pleno del sábado y acelerar así la dimisión de Dívar.