Caso Nóos

Aparece una custodia de madera hecha en la cárcel de Valencia en 1936 por un condenado a muerte

La custodia fue hecha por Juan Colomina, condenado a muerte de la Cárcel Modelo de Valencia en 1936. La madera que utilizó para su fabricación fueron fragmentos que encontró por la prisión. Actualmente, la custodia se encuentra en posesión de la viuda de Colomina

El reo autor de la custodia fue Juan Colomina, un abogado "

detenido en 1936 por su fe católica y condenado a muerte, pero que no llegó a ser ejecutado

y pasó por varias cárceles antes del final de la contienda". Colomina, que llegó a ser presidente de la Sociedad Valenciana de Agricultura, al enviudar de su primera esposa contrajo matrimonio con Isabel Casaus, que cuenta en la actualidad 69 años, y que conserva la custodia desde que su marido falleció en 1995, afirmaron las mismas fuentes.

"Tenía mucha ilusión en la Custodia porque para él tenía mucho valor por lo que representó en su vida y el esfuerzo con el que la hizo, porque no era una persona habilidosa", indicó Isabel Casaus, que precisó que, para ella, "es un tesoro". "Lo que más valoro de mi marido", apostilló. La Custodia, de poco más de 20 centímetros de alto, fue tallada en la cárcel por Colomina sobre una base de madera que, en realidad, era el marco de uno de los enchufes para la luz que había en la pared de la prisión. Sobre esa base hay un fuste de madera que tomó de una manivela y sobre él, realizó la custodia circular de madera, que fue labrando con distintos trozos y utensilios de madera de carpintería, que luego talló para culminarla por una cruz.

"Siempre hemos tenido la Custodia a la vista en nuestra habitación", dijo la viuda, que añadió que en el tiempo que estuvo en la cárcel, según contaba, "tuvo muchísimos compañeros que murieron, y él pensó que en cualquier momento le tocaría porque cada día sacaban más de la cárcel. Se libró de milagro".

El caso de Juan Colomina aparece en el Archivo del Arzobispado de Valencia donde está catalogada una carta suya, refrendada posteriormente por varios testigos, en la que cuenta cómo estuvo arrestado por sus creencias religiosas en 1936 en la antigua Cárcel Modelo y fabricó allí una pequeña custodia de madera con materiales domésticos y que luego pintó de purpurina.

"Esta custodia fue utilizada para exponer en ella el Santísimo Sacramento en el año 1937, instalando un verdadero aunque sencillo monumento en mi propia celda en la que, después de haber sido celebrada la Santa Misa, quedó el Señor de manifiesto durante todo el día, manteniendo guardia en vela permanente, para evitar cualquier intento de atropello por parte de los carceleros, y haciendo posible que todos los católicos allí recluidos pudiesen desfilar ante el Santísimo y rendirle culto en tan señalada festividad y penosas circunstancias", relata el letrado valenciano.

En la carta, fechada en 1948, Colomina Barberá solicita al entonces arzobispo de Valencia, monseñor Marcelino Olaechea, tras citar a varios testigos de lo ocurrido, un documento acreditativo de la "autenticidad de la custodia en cuestión y del uso a que fue destinada, marcándolo con el sello del Arzobispado, para evitar que algún día pueda ser profanada involuntariamente por ignorancia o destinada a uso impropio lo que estuvo en contacto directo con la Sagrada Forma".

El Arzobispo de Valencia, tras verificar la autenticidad de lo narrado y consultar con los testigos citados, accedió a la petición del abogado sellando la custodia con un documento expedido el 10 de febrero de 1948.