Crisis del PSOE

Buscando candidato

La Razón
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Un desconocido Zapatero se postuló ante el Partido Socialista ganando por nueve votos a José Bono y dejando en la cuneta a Rosa Díez y Matilde Fernández.

La división y desconcierto socialista auparon a quién no representaba a nadie y sólo era cabeza de alfiler de una «nueva Vía» integrada por el grupo de amigos que cabían en el piso de Trinidad Jiménez; pastiche mental entre la « Tercera Vía» de Tony Blair y el «Nuevo Centro» de Gerard Schoeder. Tras una década seguimos sin noticias de tal carril, pero, de existir, caben pocas dudas que está en vía muerta.

Felipistas, guerristas, agraviados, juegan al «trivial» del futuro de España buscando candidato, ni siquiera para ganar sino para sufrir el menor estropicio posible. ZP no tira la toalla ni en la lona, aunque su agonía favorezca al PP, y algunos urden el pacto de dejarle como número uno del partido y colocando el dedazo sobre otro aspirante al Gobierno, porque éste PSOE no está para primarias.

Pero pesa el siniestro recuerdo de la experiencia bicéfala Joaquín Almunia-José Borrell. Tiran a la piscina al vicepresiente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba. Muy hábil pero con demasiados esqueletos en el armario y otro analfabeto económico. Dios nos tome confesados. Javier Solana no quiere y es ucrónico.

La ministra de Defensa, Carme Chacón no está recosiendo el PSC porque permanece de guardia junto a un marido hacedor de Presidentes. Los conjurados no tienen lo que hay que tener como diría la dulce Pajín. ¿ZP?: es mesiánico y capaz de presentarse con cinco millones de parados.