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Vivir para editarlo

«Memòries confidencials d'un editor»J. M. CastelletEdicions 6222,50 páginas, 16,95 euros.

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BARCELONA– A sus 85 años, Josep Maria Castellet sigue haciendo ejercicio de memoria y poniendo por escrito sus recuerdos como editor, además de ser testigo privilegiado de una época que ya es irrepetible. Eso es lo que demuestra en su nuevo trabajo, «Memòries confidencials d'un escriptor. Tres escriptors amics». El ensayo es la primera de las iniciativas puestas en marcha por Edicions 62, editores del libro, con motivo del cincuentenario del nacimiento del sello.

Reflexiones
Castellet reflexiona sobre el papel del editor a partir de un texto escrito originalmente en 1987, con motivo del 25 aniversario de Edicions 62, que preside en la actualidad, para una publicación prácticamente inédita porque fue destinada a un público reducido. Sin embargo, este veterano hombre de letras ha ampliado aquellas páginas alargándolas hasta 1997, fecha de su jubilación como director editorial de 62. También ha añadido los retratos de tres reconocidos escritores a los que pudo tratar: Salvador Espriu, Baltasar Porcel y Montserrat Roig.

El editor recordó ayer cómo empezó su trabajo en la editorial catalana. «Me llamó Max Cahner quien quería un director literario, pero también formar un grupo de asesores para realizar una colección con traducciones de novelas extranjeras contemporáneas. Yo me encontraba en una situación privilegiada por mi labor en Seix Barral. Precisamente la generosidad de Carlos Barral me permitió también formar parte del comité de lectura de su editorial», explicó. Los principios no fueron fáciles. En este sentido, rememoró que en sus primeros años Edicions 62 «era un desastre, un punto de encuentro de escritores y políticos».

Castellet reconoció que con Edicions 62 se buscó que la edición catalana «dejara de ser provinciana, que es lo que quería el franquismo. A mí me fichan para eso: para la desprovincialización. Afortunadamente, desde un punto de vista de la literatura actual el lector catalán de hoy está al día de lo que se publica fuera».

Con los años es evidente la evolución del sector del libro. Castellet argumentó que en su tiempo «como director editorial hacía lo que me daba la gana. Para mí grandes editores eran gente como Mario Lacruz o Rafael Borràs. Después tenías al editor-director literario, como Barral o Jorge Herralde, propietarios también de sus empresas pero con vocación literaria. Este último figuro tipo de editor hoy se ha acabado».

El autor de obras como «Josep Pla o la raó narrativa» o «Els escenaris de la memòria» reconoció que de los tres retratos de su último libro, el que más le costó fue el de Montserrat Roig. Por el camino se quedó el que quiso dedicar a Manuel de Pedrolo, un autor que «dominaba la pasión por escribir».