Barcelona

Miró y Dalí entran en el Mnac

El museo inaugura una renovada sala dedicada al arte catalán durante las vanguardias

El cuadro «Nacimiento de una diosa», de Salvador Dalí.
El cuadro «Nacimiento de una diosa», de Salvador Dalí.larazon

BARCELONA- El Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac) cuenta con una renovada sala dedicada a las vanguardias artísticas en Cataluña. Este espacio contiene obras que ya se exponían en el museo de autores como Leandre Cristòfol–tanto pintura como escultura–, Antoni Clavé –tres originales para los carteles realizados en los años 30, además de la escultura «Hombre con monóculo»–, Àngel Ferrant, Artur Carbonell, Antoni Garcia Lamolla y Jaume Sans. Pero las dos estrellas indiscutibles en esta sala son Joan Miró y Salvador Dalí, artistas escasamente representados en las colecciones del Mnac.

En el caso de Miró, la pieza se exhibe gracias a un acuerdo entre el centro y el Ministerio de Cultura. El pasado mes de julio, el Mnac recibió una obra sobre papel de Miró, además de dos óleos de Anglada Camarasa y una pintura de Ramon Casas. El conjunto, valorado en 1,6 millones de euros, fue cedido por el Ministerio que las recibió como dación en pago de impuestos. Hasta ese momento, el centro únicamente custodiaba una composición mironiana de 1948, realizada para ilustrar el poema «Complainte du lézard amoureux» de René Char.

«Collage-peinture» de Miró es una composición de 1934, un periodo en el que el pintor muestra su buena predisposición por experimentar. En este caso combina el «collage» con la pintura y el dibujo, fusionando como soporte el papel normal y el de lija. El resultado es explosivo y en él queda la estela de aquella declaración mironiana de 1927 en la que hablaba de la necesidad de asesinar la pintura. La composición es muy parecida en sus formas e intenciones a algunas de las que se guardan en la Fundació Miró de Barcelona.

Por su parte, el Mnac contaba hasta la fecha con unas pocas pinturas de Salvador Dalí, además de un dibujo, todos ellos pertenecientes a los años de juventud, cuando todavía está buscando un lenguaje propio. Pero no había ni rastro de su labor en el campo que le dio la fama universal: el surrealismo. Esa laguna queda subsanada con un óleo de 1960, perteneciente a las colecciones del Palau de la Generalitat.

«Nacimiento de una diosa», también titulado «Cinco cuernos de rinoceronte formando una virgen» y «Contínuum de cuatro nalgas», fue una donación del artista a la Generalitat de Cataluña en 1988, momento en el que la salud del pintor estaba casi en fase terminal. La gran tela, 92,5 por 153 centímetros, acabó colgando los despachos del edificio de la plaza Sant Jaume, aunque ha sido cedida en ocasiones para algunas exposiciones.

Explosiones y Botticelli
La pintura –una especie de visión irónica del «Nacimiento de Venus» de Botticelli– está realizada en la etapa en la que Dalí se sentía fascinado por las explosiones nucleares. El artista pinta una de sus famosas imágenes dobles, en este caso una mujer desnuda de espaldas formada a partir de una serie de cuernos. También aparecen clavos, un elemento que había empleado en 1958 en su muy personal lectura del «Apocalipsis de San Juan».
Este espacio ocupado en el Mnac por las vanguardias catalanas estaba dedicado a Joaquín Torres-García, pero tuvo que desmantelarse recientemente al no renovar la familia del pintor su acuerdo de cesión de obras con el museo.