San Sebastián

François Ozon y «Blancanieves» favoritas a la Concha de Oro

¿Se quedará la Concha de Oro "En la casa (Dans la maison)"de François Ozon, como le gustaría a la mayoría de la prensa, o se quedará prendada de esa aplaudida "Blancanieves"de Pablo Berger? En unas horas, el jurado de la 60 edición del Festival de San Sebastián hará público su palmarés.

Las dos favoritas se proyectaron el primer fin de semana del festival, lo que habla de cómo, tras un comienzo de lujo, la competición se ha ido desinflando hasta dejar un sabor agridulce.

"Blancanieves", efectivamente, llegaba el segundo día del certamen dispuesta a deslumbrar con su revolucionaria, por puro añeja, versión del cuento de los hermanos Grimm.

Sus méritos son tantos que pueden jugar en contra de una Concha de Oro, pues eso impediría dar un reconocimiento nominal a la dirección titánica de Pablo Berger, en blanco y negro y sin sonido, o la soberbia interpretación de Maribel Verdú como madrastra.

Por su parte, François Ozon podría sumar al premio FIPRESCI conseguido en Toronto una merecidísima Concha de Oro por su exquisito mecanismo cómico "Dans la maison". Efectivamente, es cómico, pero el virtuosismo cinematográfico es tal que su película se antoja la única obra maestra sin atenuantes de entre las catorce películas a concurso.

Como en un festival puede pasar cualquier cosa y las deliberaciones del jurado presidido por la productora Christine Vachon son susceptibles de salirse por la tangente, se deben contemplar muchas otras posibilidades para el cuadro de honor.

Si se aplica aquello de "el que la sigue la consigue", el argentino Carlos Sorín sería un candidato ideal, pues con "Días de pesca"repite esa misma fórmula de delicadeza narrativa y amplias llanuras de la Patagonia que le llevó a conseguir el premio especial del jurado en dos ocasiones con "Historias mínimas"y "El camino de San Diego". Alejandro Awada, su protagonista, sería además una más que razonable Concha de Plata al mejor actor.

Si el amor retrospectivo al cine se interpone, "El artista y la modelo"tiene que llevarse un premio, pues no solo tiene en sus créditos a leyendas como Jean Rochefort, Claudia Cardinale y Jean Claude Carrière, sino que bajo la dirección de Fernando Trueba, el celuloide vuelve a tener la mansedumbre de otra época.

Si el jurado se ponen comprometido y contestatario en una edición que se abrió con "El fraude", sobre la especulación inmobiliaria subrayada por Susan Sarandon y Richard Gere, y que se detuvo por una jornada de huelga de los sindicatos nacionalistas, qué mejor que premiar al griego Costa Gavras, que volvió a ejercer de "pepito grillo"de la sociedad occidental con "Le capital".

Aunque en esta categoría tampoco estaría de más el esfuerzo de producción de "The Attack", enérgico thriller libanés sobre el conflicto entre Israel y Palestina que, aun en su irregularidad, contenía algunas de las escenas más impactantes vistas en la sección oficial.

Y si lo que quieren es que la Concha tenga un sabor exótico, podría dar la sorpresa "All apologies", de la china Emily Tang, un guion de folletín tamizado por la naturalidad casi autómata de las dinámicas emocionales orientales que, aunque aburrió a la mayoría, entusiasmó a unos pocos.

En la parte intermedia de la tabla quedaría Bahman Ghobadi, que aunque podría responder al dicho de "no hay dos sin tres"y conseguir la tercera Concha de Oro de su filmografía, parece más probable que alguien repare en su deslumbrante técnica antes que en cualquier otro mérito en "Rhino Season".

Las decepciones han tenido nombres tan prestigiosos como Laurent Cantet, que se estrella en su aventura americana, "Foxfire", tras haber hecho las delicias del cinéfilo durante años con títulos como "La clase"o "El empleo del tiempo"; Sergio Castellito, al que se le va la mano en "Volver a nacer", o Lasse Hällstrom, que en su paso el "thriller"tenebroso tampoco acabó de encajar en "El hipnotista".

Finalmente, y heredando el testigo de la ganadora del año pasado, "Los pasos dobles", de Isaki Lacuesta, quedaría la propuesta siempre minoritaria de Javier Rebollo en "El muerto y ser feliz", que encontró una escueta parroquia, aunque todos coincidieron en alabar la interpretación de José Sacristán.

Esta noche en el Kursaal, la 60 edición quedará clausurada con el reparto de Conchas, aunque hay alguien que irá a la gala sin nervios, Dustin Hoffmann, que recogerá el quinto premio Donostia 2012.