Nueva York

A un click de la cultura legal

Durante años, los consumidores han responsabilizado a la industria del cine y de la música de no adaptarse a la realidad de internet. «Me descargo música porque los CD son muy caros y las discográficas no me dan una alternativa» y «si las productoras no cambian su modelo de negocio que no protesten por la "piratería"» son argumentaciones habituales entre aquellos usuarios que tienen en las webs de descarga ilegales su fuente principal de contenidos. Pero, tal y como están hoy las cosas, pronto esta excusa podría convertirse en un tópico.

Spotify, iTunes, Libranda y Voddler¡ (webs en la imagen), algunas de las líderes del mercado digital
Spotify, iTunes, Libranda y Voddler¡ (webs en la imagen), algunas de las líderes del mercado digitallarazon

La oferta legal en internet se ha convertido en un objetivo prioritario no sólo de la industria, sino también de empresas que ven en este negocio el futuro de la distribución de contenidos culturales. Hace sólo unos días, Apple anunciaba el acuerdo histórico con EMI para ofrecer en iTunes la discografía completa de los Beatles: en una semana, la plataforma de Steve Jobs había vendido más de dos millones de canciones y 450.000 álbumes del cuarteto de Liverpool. Todo ello a pesar de que su música lleva años en internet sin autorización de la discográfica.

Futuro digital

Con todo, el sector de la música es en el que se experimenta una mayor paradoja: nunca se había escuchado tanta, pero tampoco nunca había ganado menos. Según Promusicae, los ingresos del sector han disminuido un 12,3 por ciento durante el primer semestre de 2010 con respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, los del mercado digital han aumentado un 29,46. En todo el mundo, el 27 por ciento de los ingresos del sector provienen de la oferta digital. Por otra parte, parece injusto culpar a esta industria de no haberse adaptado: en la actualidad existen 400 servicios legales en todo el mundo. Sólo iTunes, el más popular de todos, ofrece más de 14 millones de canciones.

«Somos conscientes de que nuestro futuro está en internet», asegura Antonio Guisasola, presidente de la patronal de las discográficas Promusicae. «Spotify es una iniciativa estupenda, pero en España todavía no es rentable porque sólo existen cerca de 2.000 usuarios "premium". Así el modelo es insostenible». Esta plataforma de música ofrece un sistema similar al de la radio a través del que se puede escuchar sin descargarlas canciones de un nutrido catálogo con cuñas de publicidad intercaladas.

El caso de la oferta cinematográfica es algo más complejo. Además de que el coste de digitalización de cada cinta es bastante elevado, muchos productores aseguran que hasta que exista una normativa contra las descargas ilegales que los proteja no van a poner todo su catálogo en internet porque facilitaría el trabajo de aquellos que lo quieren ofrecer gratis. Sí aseguran que están preparando el gran portal de los contenidos digitales, pero que sólo verá la luz cuando la polémica «ley Sinde» esté en marcha, algo que, según las previsiones más optimistas, se producirá a principios de 2011.

Haneke y Almodóvar

Sin embargo, algunos ya han comenzado a explotar este servicio con un éxito muy significativo. Es el caso de Filmin, una web creada por las distribuidoras españolas Cameo y Vértigo que ofrece un servicio de vídeo bajo pago de 500 largometrajes y 200 cortos de cine «off Hollywood», es decir, independiente. Haneke, Wong Kar Wai y Almodóvar son algunos de sus pesos pesados. En junio, Filmin lanzó una tarifa plana de 10 euros mensuales con la que ya han conseguido 1.100 suscripciones. Sólo desde este mes hasta septiembre «vendieron» 1.500 películas. «El crecimiento de ingresos es de un 10 por ciento mensual, lo que ayuda a compensar la caída de la venta del DVD. La estimación es que en 2013 el vídeo bajo pago genere 3.000 millones de euros en Europa», asegura Jaume Ripoll, director de proyecto de Filmin, quien añade que «aquí hay negocio. Creemos firmemente en ello». La Entidad de gestión de derechos de los productores audiovisuales (Egeda) también cuenta desde hace años con una página, Filmotech, en la que ofertan sus títulos más destacados.

Fuera de la industria cultural, los últimos en subirse al barco de los productos audiovisuales en internet han sido dos de sus gigantes: Google y Apple. El pasado día 11 de noviembre, la multinacional de la manzana lanzaba a través de su tienda virtual iTunes Store el alquiler y venta de películas para España. Los grandes estudios de Hollywood 20th Century Fox, Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount Pictures, Universal, Walt Disney, Sony Pictures, Warner Bros y la productora local Aurum llegaron a un acuerdo con Apple para comercializar sus películas.

«Avatar», «Sexo en Nueva York 2», «Alicia en el País de las Maravillas», «Crepúsculo» y «Green Zone» son algunas de las cintas del catálogo, cuyos precios oscilan entre los 99 céntimos y los 3,99 euros en el caso del alquiler, y desde 4,99 hasta 16,99 euros en la venta (los precios más altos se corresponden con títulos en alta definición).

«El Spotify del cine»

A punto de embarcar en España con un proyecto similar está Google a través de Youtube. Disponible ya en Estados Unidos, Reino Unido y Francia, la web pretende ofrecer un modelo de negocio basado en la publicidad que se insertaría antes y durante la reproducción del filme en cuestión. En Estados Unidos cuentan también con un servicio de pago. «Para Youtube España es una prioridad ahora mismo, y hemos percibido un gran interés también entre los propietarios de derechos en España», asegura María Ferreras, directora de alianzas estratégicas del portal en España. El último caso de éxito que pronto podría llegar a España es Voddler, al que se ha empezado a llamar «el Spotify del cine». Esta web sueca tiene 3.100 títulos disponibles, el 80 por ciento de ellos gratuitos. Desde su lanzamiento se han visto en Voddler más de 4,5 millones de películas, y la mayoría de productoras de Hollywood ya han establecido acuerdos con ella. Según anunció su director de comunicación en la pasada edición de la Feria Internacional de Contenidos Digitales, «el éxito de Voddler en los países nórdicos podrían extenderse pronto por Europa». En el sector editorial destaca la plataforma Libranda, la más importante en la distribución de libros en español.

Así, parece que la manida excusa se queda sin fundamento. Oferta hay, otra cosa es que los usuarios quieran usarla. Según los datos del «Observatorio de Piratería», encargado por la Coalición de Creadores, en los últimos meses se ha apreciado un ligero aumento de los ingresos de los contenidos digitales. En total, el sector obtuvo 1.560,7 millones por este concepto en el primer semestre de 2010, un 2,6 por ciento más que en el mismo periodo de 2009. Y lo que es más importante: el 58 por ciento de los encuestados asegura que está dispuesto a pagar por el contenido si se lo ofrecen en internet. Cada día tienen más opciones de hacerlo.


La todavía cruda realidad
Aunque el futuro de la industria cultural promete gracias a los nuevos modelos de distribución, no se puede obviar que, por el momento, y según la Coalición de Creadores, el valor de los contenidos «pirateados» en España asciende a 5.212,4 millones de euros en un semestre, es decir, casi cuatro veces más que el valor del consumo legal. Como vimos, la industria espera que la «ley Sinde» disminuya las tasas de «piratería». Por el momento, las autoridades de EE UU han cerrado más de 70 sitios web al ser sospechosos de alojar contenidos protegidos por derechos de autor o falsificados. Los visitantes de estas páginas son recibidos con un aviso que declara que los nombres de dominio han sido incautados por la Agencia de Inmigración y Aduanas de EE UU, cuyo portavoz aseguró que esta acción se ejecutó por orden judicial. En España, en 2011, también podrían bloquearse webs si un juez de la Audiencia Nacional dicta que en ellas se alojan contenidos protegidos según la nueva ley.